miércoles, 19 de enero de 2011

Berlin - Take my Breath Away

Phill collins - otro dia en el paraiso

El día que Claudia Falcone derrotó a Videla con un lápiz y no un fusil

El 24 de marzo de 1976 marca el inicio de una de las etapas más desoladoras de la historia política Argentina. Militares argentinos, comandados por el general Jorge Videla, derrocaban el régimen democrático de Isabelita Perón, instaurando una sangrienta dictadura que dejó, según informes de entidades humanitarias, la escalofriante cifra de 30 mil desaparecidos.


En septiembre de ese mismo año, durante los primeros meses del gobierno militar, siete líderes estudiantiles de la ciudad de la Plata, entre ellos Claudia Falcone, fueron secuestrados, torturados y finalmente asesinados a raíz de su protesta por la implantación del boleto estudiantil secundario. Sólo Pablo Díaz sobrevivió a esa tragedia. El resto de sus compañeros forman parte de la lista de 238 adolescentes argentinos que fueron secuestrados durante el régimen dictatorial instaurado por Videla y los miembros de la Junta Militar Argentina (Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti) y que hasta el día de hoy siguen desaparecidos.

Las desapariciones, torturas, ejecuciones extrajudiciales fueron una práctica sistemática de violación de derechos humanos durante los años del terror en Argentina. Una de estas oleadas de secuestros masivos, detenciones arbitrarias, y posteriores desapariciones, fue bautizada por los propios perpetradores de estos abominables crímenes con el nombre de “La noche de los lápices”, bajo esta denominación se conoce a la serie de secuestros llevados a cabo el 16 de septiembre de 1976 y días posteriores en la Plata.

La Noche de los lápices representa lo que en realidad fue ese periodo al cual los militares llamaron “Reorganización Nacional”, representa la crueldad con la cual los militares argentinos, con la complicidad de algunos sectores de la sociedad civil e incluso de la propia Iglesia Católica, trataron a los jóvenes estudiantes universitarios y secundarios a los cuales tildaron, sin mayor prueba que el odio que despertaba en ellos la figura de cualquier militante de izquierda en esos años, de potenciales subversivos o aprendices de terroristas.

En 1985, durante el juicio a la Junta Militar Argentina, Pablo Díaz, el único sobreviviente de la “Noche de los lápices”, brindó su testimonio ante la justicia argentina, el mismo que sirvió de inspiración al director de cine argentino, Hector Olivera, para llevar la historia a la pantalla grande como una muestra y prueba histórica del profundo daño que las dictaduras, y en este caso la dictadura militar argentina, ocasionó a la salud democrática del país, destruyendo para siempre la vida de los familiares de las víctimas. Pablo, personaje principal en el film, narra la vida que los estudiantes secundarios llevaban antes del golpe, su militancia en el Frente de Estudiantes Secundarios de la Plata, la lucha por la implantación del boleto estudiantil, y las anécdotas, que como jóvenes, menores de edad casi todos ellos, y ese es el dato que mayor indignación genera aun hasta nuestros días cuando se recuerda la infausta “Noche de los lápices”, vivían durante aquellos años en los cuales la música de Charly García y Sui Generis se apoderaba de la radio argentina.

En ese mismo año, luego de recibir el testimonio de decenas de personas, reunir la prueba incriminatoria necesaria en torno a la responsabilidad penal de los implicados, la justicia argentina, condenó a nueve integrantes de las juntas militares, entre ellos Jorge Videla, a cadena perpetua por los delitos de homicidio calificado, secuestro seguido de muerte, desaparición forzada, tortura, entre otras atrocidades.

El proceso y posterior sentencia a los miembros de las juntas militares marcaba el inició de la reconstrucción democrática argentina, las organizaciones de derechos humanos, las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas de la de las “Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo” vieron en ese juicio el esfuerzo de un país por recobrar su memoria histórica, hacer justicia y sancionar a aquellos que acabaron con la vida de padres, hijos, abuelos, esposos, esposas, nietos y nietas. Sin embargo, y a pesar de la indignación interna e internacional que la medida trajo consigo, todos estos criminales fueron indultados por el presidente Carlos Menen, una medida que sin lugar a dudas representa uno de los más grandes torpezas y de las más grandes injusticias cometidas por el Estado argentino en perjuicio de los familiares de las víctimas y de la memoria de los fallecidos.

A pesar de ello, y gracias a la presión ejercida por las organizaciones de derechos humanos, dentro y fuera de Argentina, la Cámara Federal en lo Penal y Correccional de la capital argentina, declaró inconstitucionales los indultos que beneficiaron a Videla y Massera en 2007, ordenando reabrir los juicios a los dictadores, ahora también denunciados por el robo masivo y sistemático de bebés durante esos años.

Conocida fue la práctica mediante la cual a las detenidas, que en esos momentos se encontraban en estado de gestación, les eran arrebatados de sus brazos los hijos que habían traído al mundo, para posteriormente, luego de haberles cambiado de identidad, darlos en adopción, o incluso venderlos, hecho que sin lugar a dudas grafica el horror y la insania con la cual un gran número de militares argentinos actuaron durante esos años. Al igual que en el caso de la “Noche de los lápices”, esta historia también fue llevada a la pantalla grande, en el film “La historia oficial”, película que en el año de 1985, recibiera el Oscar a mejor película extranjera, la cual hasta el día de hoy es estudiada y reestrenada con la finalidad de mostrar a las nuevas generaciones el horror vivido durante aquellos años y el esfuerzo que los argentinos, y todos los pueblos latinoamericanos, víctimas de los gobiernos dictatoriales deben hacer en su afán por consolidar su democracia y defender los valores de la libertad y el respeto por la vida de los hombres.

Hoy, en día, casi 35 años después de la “Noche de los lápices”, del secuestro de estudiantes, del asesinato de disidentes, de la tortura de madres gestantes, del robo de bebés, la justicia argentina, da una señal al mundo de compromiso ético y jurídico con los valores de la democracia y la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos. El 22 de diciembre del año pasado, luego que el mismísimo Jorge Videla asumiera la responsabilidad por los crímenes políticos cometidos durante la dictadura (1976-1983), entre ellos el fusilamiento de 31 presos en Córdoba, el Tribunal Oral Federal 1 de la ciudad de Córdoba, halló al dictador, de 85 años, culpable de los delitos de imposición de tormentos, homicidio calificado y tormentos seguidos de muerte, condenándolo a prisión perpetua por tan abominables delitos.

En este juicio, como en aquel llevado a cabo en 1985, se logró comprobar que los disidentes asesinados durante la dictadura, la mayoría militantes de partidos de izquierda, incluso jóvenes menores de edad como en el caso de la “Noche de los lápices”, pese haber sido detenidos en días anteriores y posteriores al golpe del 24 de marzo, y teniendo ya procesos abiertos ante la justicia ordinaria, fueron ejecutados a mansalva entre abril y noviembre de ese año, como parte de un operativo de “limpieza cívica”, para utilizar uno de los términos empleados por los propios acusados durante los juicios.

El juicio al dictador Jorge Videla, al igual que lo ocurrido con la sentencia por violación de derechos humanos emitida en contra del ex dictador Alberto Fujimori, deben servir como una lección de civismo y compromiso ético en la defensa de los valores democráticos y de la dignidad del ser humano. Nunca más en Latinoamérica permitamos que ningún golpista, militar o civil, se atreva a arrebatarnos nuestra vida, nuestra libertad, nuestro derecho a pensar y expresar libremente nuestras ideas y opiniones. Nunca más permitamos que las bayonetas, los fusiles y las botas de militares cobardes, manchen de sangre nuestra tierra, acabando con la vida y con los sueños de los hombres y mujeres de nuestra América.

En sus declaraciones el dictador dijo lo siguiente: “reclamo el honor de la victoria y lamento las secuelas”. Me pregunto de qué victoria habla el asesino, qué honor puede sentir uno cuando para alcanzar los objetivos, cualquiera que estos fueran, se usa el terror como arma, qué honor y que gloria reclama Videla, luego de haber cometido delitos como lo antes descritos, puede caber algún reconocimiento, puede sentirse orgullo, luego de asesinar, secuestrar y torturar a compatriotas. Puede alguien vivir tranquilo sabiendo que es responsable del robo de cientos de bebés. Creo que ningún hombre con algo de humanidad y amor por la vida hubiera podido proferir una frase tan terrorífica como la del general Videla. Eso confirma una tesis, para ser un golpista, para ser un violador de derechos humanos, uno debe cumplir con dos requisitos: uno no puede ni debe creer en los derechos, al menos no en el de los demás, y tampoco debe sentirse humano, al menos no en el sentido ético, ese que nos lleva a reconocernos en el otro, y sentir compasión por el prójimo.

Sé que desde donde esté, aun con su figura y rostro joven y hermoso de mujer combativa y carácter indomable de 16 años, Claudia Falcone, desde las alturas, podrá descansar en paz, luego de 35 años, podrá cerrar lo ojos y volverá a conciliar el sueño, ya no tendrá pesadillas, ya no sentirá vergüenza de la justicia y la clase política de su país que tantas veces le dio la espalda, sentirá que su Argentina querida, a la que tanto amó, ha hecho justicia, y con ella, le ha devuelto la fe a todo un país, un país que siempre estuvo en contra de las amnistías e indultos para sus asesinos, de las leyes de punto final, de los recursos dilatorios, de las falsas asunciones de responsabilidad, un país que en estos momentos debe sentirse fortalecido y orgulloso pues, de una u otra manera, este fallo le devuelve la vida a sus hijos a los cuales pensó haber perdido para siempre en la “Noche de los lápices”.

Blog del Autor: http://www.agoraabierta.blogspot.com/

Debbie Gibson - Lost in your eyes

miércoles, 12 de enero de 2011

Michael Moore: Un respaldo necesario a Julian Assange

Hoy estaré en ausencia al lado de Julian Assange en Londres y pido al juez que le conceda la libertad. Estoy dispuesto a garantizar su retorno al tribunal con el dinero de la fianza que he enviado. No permitiré que esta injusticia quede sin respuesta.Michael Moore Comic Amigos:


Este lunes, en la corte de magistrados de Westminster, en Londres, los abogados del fundador de Wikileaks, Julian Assange, presentaron un documento enviado por mí, el cual expresa que he aportado 20 mil dólares para la libertad bajo fianza de Assange.

Además, públicamente ofrezco el apoyo de mi sitio web, mis servidores, mis nombres de dominio y cuanto más pueda hacer para que Wikileaks siga vivo y floreciente y continúe su labor de exponer los crímenes urdidos y cometidos en secreto en nuestro nombre y con el dinero de nuestros impuestos.

Con una mentira nos llevaron a la guerra en Irak. Hoy, cientos de miles están muertos. Imaginemos lo que habría pasado si los hombres que planeaban esta guerra en 2002 hubieran tenido que enfrentarse a un Wikileaks. Tal vez no habrían logrado ponerla en marcha. La única razón por la que creyeron salirse con la suya fue porque tenían un velo de secreto garantizado. Hoy esa garantía se ha desgarrado, y espero que jamás puedan volver a operar en secreto.

¿Y entonces por qué, luego de prestar tan importante servicio público, está hoy bajo un ataque tan virulento? Porque ha destapado y avergonzado a quienes han ocultado la verdad. Los denuestos e imprecaciones han rebasado los límites:

El senador Joe Lieberman dice que Wikileaks «ha violado la Ley de Espionaje».

George Packer, de The New Yorker, llama a Assange «supersigiloso, de pellejo delgado y megalómano».

Sarah Palin sostiene que es «un agente antiestadunidense con las manos manchadas de sangre», a quien habría que perseguir «con la misma urgencia con que perseguimos a Al Qaeda y los líderes del talibán».

El demócrata Bob Beckel (director de la campaña de Walter Mondale en 1984) declaró en Fox acerca de Assange: “Un muerto no puede andar filtrando cosas… sólo hay una forma de hacerlo: meterle un plomazo ilegalmente al hijo de puta”.

La republicana Mary Matalin afirma: “Es un sicópata, un sociópata… un terrorista”.

El representante Peter A. King califica a Wikileaks de «organización terrorista».

¡Y vaya que lo es! Existe para aterrorizar a los mentirosos y belicosos que han llevado a la ruina a nuestra nación y a otras. Tal vez la próxima guerra no será tan fácil porque se ha volteado la mesa y hoy el Gran Hermano es el vigilado… ¡por nosotros!

Wikileaks merece nuestra gratitud por arrojar una gran luz sobre todo esto. Pero parte de la prensa corporativa ha minimizado su importancia («poco de lo que ha revelado es nuevo») o lo retrata como un sitio anarquista («lo que hace es simplemente publicar todo sin ningún control editorial»). Wikileaks existe, en parte, porque los medios dominantes no han cumplido su responsabilidad. Las corporaciones que son sus propietarias han diezmado las redacciones e impedido que los buenos periodistas hagan su trabajo. Ya no hay tiempo ni dinero para el periodismo de investigación. Expresado en términos sencillos, los inversionistas no quieren que esas noticias se revelen. Les gusta que sus secretos se mantengan… en secreto.

Les pido imaginar cuán diferente sería nuestro mundo si Wikileaks hubiera existido hace 10 años. Hay una foto en la que se ve a George Bush a punto de recibir un documento «secreto», el 6 de agosto de 2001. El encabezado dice: «Bin Laden, decidido a golpear a EU». Y en esas páginas se indicaba que la FBI había descubierto «actividad sospechosa en este país, consistente con preparativos para aerosecuestros». Bush decidió hacer caso omiso y siguió de pesca cuatro semanas más.

Pero, si ese documento se hubiera filtrado, ¿cómo habríamos reaccionado? ¿Qué habrían hecho el Congreso o la federación de aeronáutica? ¿No habría habido una probabilidad mayor de que alguien hubiera hecho algo si todos hubiéramos sabido del inminente ataque de Bin Laden usando aviones comerciales?

Pero en ese tiempo sólo unos cuantos tuvieron acceso al documento. Porque el secreto se mantuvo, un instructor de vuelo de San Diego que observó que dos estudiantes sauditas no mostraban interés por el despegue y el aterrizaje no hizo nada. Si se hubiera enterado por el periódico de la amenaza de Bin Laden, ¿tal vez habría llamado a la FBI? (La ex agente de la FBI Coleen Rowley, distinguida por la revista Time como una de las personas del año 2002, escribió un artículo en Los Angeles Times en el que señala que si Wikileaks hubiera existido en 2001, se pudo haber evitado el 11-S.)

¿Y si en 2003 el público hubiera leído los memorandos «secretos» en los que Dick Cheney presionaba a la CIA para que le diera «hechos» que le permitieran construir su argumentación falsa a favor de la guerra? Si un Wikileaks hubiera revelado en ese tiempo que en verdad no existían armas de destrucción masiva, ¿creen ustedes que se habría lanzado la guerra? ¿O más bien habría habido un clamor para que se arrestara a Cheney?

Apertura, transparencia: ésas son de las pocas armas con que cuenta el pueblo para protegerse de los poderosos y los corruptos. ¿Qué hubiera pasado si en los días posteriores al 4 de agosto de 1964 –luego que el Pentágono fabricó la mentira de que un barco nuestro fue atacado por norvietnamitas en el golfo de Tonkin– un Wikileaks nos hubiera dicho que todo fue un invento? Supongo que tal vez 58 mil de nuestros soldados (y dos millones de vietnamitas) hoy estarían vivos. En cambio, los secretos los mataron.

Para quienes creen que está mal apoyar a Julian Assange por las acusaciones de ataque sexual que lo tienen sujeto a proceso, todo lo que pido es que no sean ingenuos respecto de los ardides de un gobierno cuando decide ir tras su presa. Por favor, nunca crean la «historia oficial». Y, al margen de que Assange sea culpable o inocente (entérense de la extraña naturaleza de las acusaciones), tiene derecho a presentar una fianza y defenderse. Me he unido a los cineastas Ken Loach y John Pilger y a la escritora Jemima Khan para reunir el dinero, y espero que el juez acepte la fianza y lo ponga en libertad este martes.

¿Podría Wikileaks causar algún daño imprevisto a las negociaciones diplomáticas de Washington en todo el mundo? Tal vez. Pero ése es el precio que se paga cuando un gobierno lleva a sus ciudadanos a la guerra con base en una mentira. Su castigo es que alguien encienda las luces de la habitación para ver qué se trae entre manos. No se puede confiar en él. Así pues, ahora todo cable, todo correo que escriba está abierto al escrutinio. Lo sentimos, pero eso quiso. Ahora nadie puede esconderse de la verdad. Nadie puede maquinar la próxima gran mentira si sabe que tal vez sea expuesta.

Y eso es lo mejor que Wikileaks ha hecho. Dios lo bendiga por salvar vidas con sus acciones. Y quien se sume al esfuerzo por apoyar a Wikileaks realiza un verdadero acto de patriotismo. Punto.

Hoy estaré en ausencia al lado de Julian Assange en Londres y pido al juez que le conceda la libertad. Estoy dispuesto a garantizar su retorno al tribunal con el dinero de la fianza que he enviado. No permitiré que esta injusticia quede sin respuesta.

Sinceramente, Michael Moore.

Roxette - Listen To Your Heart

sábado, 8 de enero de 2011

Kim Carnes - Betty Davis Eyes

Marty Balin - Corazones

Michael Bolton - Said I Loved You....But I Lied

James Blant - You re Beautiful

Pronunciamiento de los familiares del caso Parcco Pomatambo

Por: Familiares de Caso Parcco Pomatambo


Frente a la sentencia absolutoria del caso Parcco Pomatambo (Exp. N°09-2006), emitida por la Sala Penal Nacional el 22 de noviembre de 2010, los familiares manifestamos lo siguiente:

1. Esta es la injusticia más grande que se puede cometer en contra de las personas humildes del Perú. Los militares del Ejército Peruano, bajo las órdenes de Carlos Armando Bardales Angulo, capturaron a siete personas en Pomatambo y las llevaron hasta Parcco. Durante toda una noche los llevaron golpeando, descalzos, desnudos. Llegaron a Parcco al amanecer, intervinieron en dos casas en donde había niños y ancianos, los capturaron y allí los asesinaron, descuartizaron y quemaron, a estas doce personas. Los huesitos se los llevaron y fueron tirados en diferentes lugares, como quien dice “para que se los tragara la tierra y luego olvidarlos para siempre”. Estos hechos ocurrieron el 22 y 23 de octubre de 1986.
2. Durante el proceso del juicio oral, los acusados y sus abogados han caído en muchas contradicciones y en su defensa desean descaradamente ser considerados héroes y defensores de la paz y de la democracia y no lo son. Ellos son asesinos y están libres: Carlos Armando Bardales Angulo, Jesús Dante Retamal Guerra (reo ausente), Miguel Marco Antonio Becerra Urbina, Roberto Espinoza Battistini (miembro de la PIP), Agustín Tuya López (reo ausente), Eduardo Estela Araujo.
3. El lunes 22 de noviembre de 2010 la Sala Penal Nacional dictó sentencia absolutoria a los acusados presentes. Esta absolución es “como si de pronto nuevamente, fueron asesinados nuestros seres queridos”, pero esta vez “lo hacen los jueces del Poder Judicial”, en el cual hemos confiado. Es increíble e inaceptable que la misma Sala Penal Nacional, conformada por los jueces Ricardo Broussett (presidente), Clotilde Cavero (directora de debates) y Jimena Cayo, absuelva por tercera vez a Carlos Armando Bardales Angulo, jefe militar de la Base de Cangallo, en donde se elaboró el plan operativo de eliminación denominado “despedida 2”, ejecutado en Parcco y Pomatambo. Es claro y probado que estos crímenes cometidos por las fuerzas del orden responden a una política sistemática y planificada, por lo tanto, no fueron “excesos”, como lo señala la sala penal nacional en su sentencia.
4. La sentencia emitida por la Sala Penal Nacional ha probado que las doce víctimas, nuestros familiares, no tenían ningún vínculo con grupos terroristas, asimismo ninguno de nuestros familiares tenían antecedentes policiales, judiciales y penales, más bien se reconoció que eran autoridades de sus pueblos. También señaló que en ningún momento existió un “enfrentamiento” entre los militares y las víctimas, sino que fueron asesinados cruelmente. Por tal razón, no entendemos por qué ante esta verdad tan clara la sala penal absuelve a los responsable, imponiéndose nuevamente la impunidad, los cual nos indigna profundamente.
5. La sentencia absolutoria refleja el verdadero rostro de Alan García: corrupción en toda su dimensión e impunidad por los crímenes de su primer gobierno y de hoy. Hace poco este gobierno quiso otorgar libertad a los militares violadores de los Derechos Humanos a través del Decreto Legislativo N° 1097, ahora lo hacen a través de los mismos jueces del Poder Judicial. Pero no vamos a rendirnos y nunca nos cansaremos de exigir lo que parece difícil de conseguir en el Perú: Justicia para los más humildes.
6. A pesar de la indiferencia de las autoridades, seguiremos exigiendo justicia, no por venganza ni por odio, sino para que no se vuelvan a repetir estos horrendos crímenes en nuestro país.
7. En memoria y por la dignidad de nuestros familiares seguiremos luchando: Donato Ramírez Rivera (84 años), Hilda Buitrón Gutiérrez (84 años), Reynaldo Ramírez Buitrón, sus hijos Eugenia Ramírez Castillo (12 años) y Mario Ramírez Castillo (8 años), del pueblo de Parcco; Eusebio Najarro Alarcón, Teodoro Castillo García, José Fernández Bellido, Manuel Remón Zea, Timoteo Bautista Bellido, Jacinto Gutiérrez Gómez y Antonio Najarro Soto, del pueblo de Pomatambo.
En representación de los familiares de Parcco Pomatambo,

Yrene Ramírez Buitrón DNI 09812364
Urbana Ramírez Buitrón DNI 08566438
Anastasia Ramírez DNI 25468311
Buitrón Clotilde Najarro Remón DNI 25612722

En otro punto:
Caso El FrontónWOLA rechaza las acusaciones del vicepresidente peruano Giampietri en contra de grupos de Derechos Humanos
Hace un llamado al gobierno peruano a denunciar la acusación infundada e irresponsable de que organizaciones de derechos humanos clave defienden el terrorismo.
El 14 de diciembre de 2010, el vicepresidente peruano Luis Giampietri acusó a varias organizaciones prestigiosas de derechos humanos del país de haber defendido a terroristas y de ser grupos defensores de organizaciones subversivas. Posteriormente, en el desempeño de su función de miembro del Congreso del Perú, el vicepresidente mandó a investigar las fuentes de financiación y los gastos de estas organizaciones.
La Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) está sumamente preocupada de que la acusación totalmente falsa del vicepresidente Giampietri represente un nuevo intento de intimidar y silenciar a los defensores de los derechos humanos en el Perú.
“WOLA rechaza de manera rotunda estas acusaciones totalmente infundadas”, dijo John Walsh, coordinador de programa en WOLA. “Todas estas instituciones son organizaciones de derechos humanos respetadas a nivel internacional que han trabajado durante casi tres décadas para documentar y denunciar abusos de derechos humanos – sin importar el autor de los mismos – y promover el estado de derecho en el Perú”.
El vicepresidente hizo su acusación luego de la publicación de un cable del gobierno de Estados Unidos dado a conocer por WikiLeaks que informa sobre una conversación de 2006 en la cual un ex-director de la Dirección Nacional de Inteligencia de Perú (DINI), el jubilado contralmirante Julio Raygada, acusa a los grupos no-gubernamentales de derechos humanos, el Instituto de Defensa Legal (IDL) y Justicia Viva, de hacer propaganda a favor del Sendero Luminoso.
Giampietri usó la acusación de Raygada – una declaración infundada para la cual no se ofreció ninguna clase de pruebas – como pretexto para su última ronda de ataques contra IDL, Justicia Viva y otra organización de derechos humanos, la Asociación Pro-Derechos Humanos (APRODEH). El vicepresidente declaró que estos grupos son “defensores de los terroristas” y “son la fachada de la estrategia terrorista”.
Ésta no es la primera vez en que el vicepresidente Giampietri ha acusado a organizaciones de derechos humanos no-gubernamentales de haber actuado a favor de grupos subversivos. “No parece ser coincidencia que el vicepresidente Giampietri intente intimidar precisamente a las organizaciones que están al frente del esfuerzo por enjuiciar a agentes del estado, incluyendo a oficiales militares y policiales, que cometieron graves abusos de derechos humanos en el contexto del conflicto interno armado (1980-2000)”, dice Jo-Marie Burt, investigadora afiliada a WOLA y docente de la Universidad de George Mason. IDL y APRODEH representan a víctimas de la masacre carcelaria de El Frontón en 1986, un caso en el cual Giampietri, un capitán naval quien fue uno de los dos oficiales a cargo del operativo, ha sido citado como testigo.
“Los ataques del vicepresidente no son únicamente infundados, sino también son profundamente irresponsables, al grado de que pudieran colocar en peligro la seguridad de los defensores de derechos humanos en el Perú”, continuó Burt. “WOLA hace un llamado al gobierno peruano a denunciar de manera expresa y enérgica las recientes acusaciones del vicepresidente, y a salvaguardar la seguridad de los defensores de derechos humanos en el Perú”.

Comunicado de Prensa

17 de diciembre de 2010
Contacto:
Kristel Mucino
Coordinadora de Comunicaciones
kmucino@wola.org
(617) 584-1713
John Walsh
Coordinador de Programa
jwalsh@wola.org
(202) 797-2171
Jo-Marie Burt
Investigadora Afiliada y Docente en la Univ. de George Mason
jmburt@gmu.edu
(703) 946-9714

Carta abierta de Hugo Blanco a Mario Vargas Llosa

El líder campesino no se calla nada y se enfrenta al Premio Nobel

Noviembre del 2010

Señor Mario Vargas Llosa:

El premio Nóbel otorgado a usted representa un golpe más del neoliberalismo a las poblaciones indígenas, ya que difícilmente podrá encontrarse mayor enemigo de ellas que su persona.
Son diarios los golpes del sistema mundial gobernado por las grandes empresas multinacionales contra dichas poblaciones, consistente en la depredación de la naturaleza en sus zonas de vida, lo que significa la muerte para ellas.
Líder campesino Hugo BlancoEl ataque es múltiple, solo menciono algunos ejemplos: La implantación de minas a cielo abierto, que roban el agua de la agricultura y la envenenan, matando vegetales, peces, suelo y seres humanos. La extracción de hidrocarburos con parecidos efectos. La instalación de fuentes hidroeléctricas para la minería, que roban el agua de la agricultura y provocan inundaciones. La tala de la selva para extracción de madera, para instalaciones ganaderas o para plantaciones de biocombustibles, lo que debido a las intensas lluvias de la zona provoca la desertificación. La agroindustria que debido al monocultivo y al uso intensivo de agroquímicos, mata la tierra cultivable. El calentamiento global provocado por la emisión de gases de efecto invernadero que asola con inundaciones y deslizamientos de cerros, mata arroyos, disminuye el volumen de los ríos, diluye glaciares, sumerge islas; provoca veranos muy calientes e inviernos muy fríos.
Estos ataques no son sólo contra los pueblos indígenas, sino contra toda la humanidad, pues todos vivimos de lo que la naturaleza nos brinda; lo que sucede es que son las poblaciones indígenas las directamente afectadas por él y por eso son las primeras en reaccionar, ofrendando su vida ante la brutal arremetida del sistema, lo que los convierte en héroes de la humanidad.
Usted, en más de una ocasión ha defendido a las empresas depredadoras contra las poblaciones indígenas.
Veamos sólo dos ejemplos:

Medio Ambiente

El 5 de junio del 2009, día mundial de la defensa del medio ambiente fue escogido por el gobierno de Alan García para masacrar a traición a más de 200 indígenas (no 10 que es la cifra oficial repetida por usted) que defendían la selva amazónica, el pulmón del mundo.
Esta masacre, el encarcelamiento y procesamiento de numerosas víctimas del ataque, fueron respondidas con multitudinarias protestas en la capital peruana y otras ciudades, se levantaron voces de protesta en diversos lugares del mundo (naturalmente usted no estuvo entre quienes protestaron), los hermanos amazónicos no se rindieron, había un poderoso avance de los habitantes de la selva central hacia Lima.
Frente a eso, el gobierno se vio obligado a retroceder y se derogaron dos de los más feroces Decretos Ley de depredación (que además eran ilegales pues van en contra del derecho a consulta de los pueblos indígenas por cualquier cosa que tenga que ver con su territorio, reconocido por el convenio 169 de la OIT, que es ley peruana de carácter constitucional aprobada por el Congreso).
¿Cuál fue la actitud de usted? Al contrario de la mayoría del pueblo peruano, lamentó la derogatoria, escribió “Victoria Pírrica”, manifestando que futuros gobiernos peruanos no osarán “volver a meter la mano en la Amazonía para alentar la inversión privada y el desarrollo económico de esta región”, “los satanizados decretos estaban en el fondo bastante bien orientados. Perseguían una necesidad imperiosa: atraer inversión privada y tecnología de punta hacia una región que tiene grandes reservas de gas, petróleo y muchos minerales….” “A esto acaban de renunciar de manera suicida las comunidades amazónicas que siguieron las consignas retrógradas de Alberto Pizango”. Fue al revés, ha sido Pizango quien obedeció las consignas dadas por la población amazónica, un estilo de democracia que jamás entenderá usted, “demócrata” Vargas Llosa.
Usted usa el mismo lenguaje que la gran prensa en manos de las empresas multinacionales depredadoras.
El verticalismo antidemocrático y egoísta de las grandes empresas multinacionales a lo que usted no sé por qué llama “democracia”, tiene cada vez menos admiradores.Además se lanza contra “las estúpidas mentiras según las cuales aquellos decretos formaban parte del Tratado de Libre Comercio firmado entre el Perú y Estados Unidos”. Esas “estúpidas mentiras” están en los preámbulos de los decretos y fueron pregonadas por la ministra Mercedes Araoz.
No se detiene ahí, considerando a los habitantes amazónicos retardados mentales, no concibe que la resistencia pueda haber sido pensada por ellos, dice que fueron instigados por Hugo Chávez y Evo Morales.
No desperdicia la oportunidad para ensalzar a los dos gobiernos más retrógrados y asesinos de indígenas de Sudamérica: Perú y Colombia.

Organización colectiva democrática

Seminario Las amenazas de la Democracia en América Latina: Terrorismo, Debilidad del Estado de Derechos y Neopopulismo, evento realizado en Bogotá (tenía que ser Colombia) durante los días 19 y 22 de noviembre del 2009

Sus palabras:

“El desarrollo y la civilización son incompatibles con ciertos fenómenos sociales y el principal de ellos es el colectivismo. Ninguna sociedad colectivista o impregnada con esa cultura es una sociedad que desarrolla, moderniza y alcanza la civilización… El socialismo, el nazismo y el fascismo son los fenómenos colectivistas del pasado. Hoy se expresa mediante el nacionalismo y los integrismos religiosos. El fenómeno está brotando en América Latina de una manera muy sinuosa y revistiéndose con unos ropajes que no parecen ofensivos sino prestigiosos… En Perú está brotando con dos o tres hermanitos que en nombre de esa identidad colectiva, la identidad indígena, autóctona, genuina, la de la verdadera peruanidad, ha lanzado una campaña que cuando uno la examina racionalmente parece que fuera tonta, casi cómica, pero que toca un centro neurológico llamado el espíritu de la tribu, que nunca desparece incluso en sociedades que han avanzado más en el camino de la civilización. . . El indigenismo de los años 20 que parecía haberse rezagado es hoy en día lo que está detrás de fenómenos como el señor Evo Morales en Bolivia. En Ecuador hemos visto operando y además creando un verdadero desorden político y social. El indigenismo en Ecuador, Perú y Bolivia está provocando un verdadero desorden político y social, y por eso hay que combatirlo… De Ecuador sé muy poco lo que está sucediendo ahora… Si queremos alcanzar el desarrollo y elegir la civilización y la moralidad, tenemos que combatir resueltamente esos brotes de colectivismo… Creo que en el movimiento indígena hay un elemento profundamente perturbador que apela a los bajos instintos, a los peores instintos del individuo como la desconfianza hacia el otro, al que es distinto. Entonces se encierran en sí mismos”.
Usted entiende clara y correctamente que la comunidad indígena es la herramienta fundamental para la defensa de la Madre Tierra. Por eso el sistema dirigido por las empresas depredadoras multinacionales comprende que el ataque a la naturaleza debe ir acompañado del ataque a la comunidad indígena. Donde hay indígenas, en cualquier continente, hay comunidad indígena, organismo verdaderamente democrático donde manda la colectividad, no el individuo, como en la sociedad “democrática” actual, donde mandan los intereses de las grandes empresas.
Esa real democracia se manifiesta en el acuerdo de acciones de protesta colectivas, en plebiscitos como los de Tambogrande, Ayabaca, Huancabamba e Islay en el Perú, Andalgalá en Argentina, donde más del 90% manifiesta democráticamente “Vida sí, mina no”. Es a esa democracia a la que tiene terror el sistema, por eso Fujimori en el Perú y Salinas en México casi simultáneamente dieron leyes contra la comunidad indígena, por eso de los Decretos Ley de Alan García algunos van contra la naturaleza y otros contra la comunidad indígena. Por eso usted habla con horror del “espíritu de tribu”, de “la colmena”, “el hormiguero”, comprendiendo que la fuerza del movimiento indígena para defender la naturaleza contra la depredación del gran capital es la comunidad indígena.
Ese “desorden político y social” es la ruptura del “orden” que necesitan las compañías depredadoras para asolar la naturaleza con sus acciones hacia el “progreso”, que es por una parte el progreso de sus ingresos millonarios y por otra el camino a la extinción de la especie humana..
Usted ataca el colectivismo en nombre de la defensa del individuo. El colectivismo no niega la individualidad, que debe ser respetada. La individualidad es aplastada por el fundamentalismo mercantil que implanta la “moda” obligando a todos a acatarla (McDonald’s, Coca Cola), los menos sometidos a este aplastamiento son los indígenas, entre los que cada pueblo se viste diferente.
Es la sociedad que usted defiende la que aplasta la individualidad y exalta el individualismo que es el egoísmo supremo. La cultura colectivista es la de la solidaridad humana, al contrario que la que usted defiende, extremadamente egoísta. El mejor ejemplo de esto es que las grandes empresas multinacionales están dirigidas por personas que saben que con la desbocada emisión de gases de invernadero están conduciendo a la extinción de la especie humana, pero ya no les importa sus nietos ni sus hijos, sino cumplir con el sagrado mandamiento neoliberal, ganar la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible.
La condena que usted hace a la democracia indígena ha sido suficientemente bien replicada por Saramago:
“Que alguien haya podido decir que el movimiento indígena es un peligro para la democracia me parece algo increíble. Cómo de una cabeza inteligente puede salir una afirmación tan monstruosa como esa”.
Para responder “a quien diga que el movimiento indígena en América es el enemigo más grande de la democracia” “yo lo que les propongo a vosotros indígenas de esta América, es que os convirtáis en heraldos de la democracia. Si vosotros levantáis la bandera de la democracia, tal vez los demás aprendamos”.
La comunidad indígena, sin darle ese nombre, hace tiempo que está levantando la bandera de la auténtica democracia, además la está llevando a niveles superiores, con la comunidad de comunidades en el Cauca, Colombia, en las islas Kuna de Panamá, y en mayor grado en la zona zapatista de Chiapas, donde desde hace 16 años gobiernan los indígenas mediante las “Juntas de Buen Gobierno” que son rotativas, cuyos miembros pueden ser revocados en cualquier momento y no ganan ni un centavo (como en las comunidades indígenas) por ejercer esa función Por eso no es casual que usted haya escrito “La Otra Cara del Paraíso” desatando una catarata de calumnias contra esos indígenas, comprende muy bien el peligro que para las grandes empresas significa su ejemplo a los otros pueblos.
Las palabras de usted en el seminario también fueron refutadas por dirigentes indígenas.
Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador: (CONAIE):
“Vargas Losa está pensando en el siglo anterior y cree que los indígenas tenemos que continuar marginados. Si hay hambre, pobreza, iniquidad, no podemos estar tranquilos”. “Si la democracia significa igualdad y equidad, nosotros perseguimos justamente una verdadera democracia”.
Luis Macas, fundador de la CONAIE:
“Vargas Llosa apoya un poder excluyente, semejante al que propone el presidente estadounidense George Bush, con un mundo unipolar. Los indígenas en cambio proponemos otro tipo de poder, que es el “ushay”, en kichua, que es perfeccionar las condiciones de vida, la capacidad de desarrollarnos colectivamente, desde el aporte de los distintos espacios”.
El diputado Ricardo Ulcuango:
“¿Civilización es dejar que tres o cuatro lucren con el negocio del gas en Bolivia, con las privatizaciones en Perú o con el petróleo del Ecuador; es contaminar la naturaleza hasta dejarla seca o vender el agua de los ríos al que pague mejor?”
Humberto Cholango de ECUARUNARI, la organización más grande de la CONAIE que agrupa a los indígenas de la sierra: Son posturas como esa “las que no dejan avanzar en la consolidación de una Latinoamérica más democrática, más tolerante, más participativa, y más integrada, reconociendo la diversidad de cada país con todos los actores que construyen este continente”.
Como se ve, ellos tienen un concepto diferente de la libertad y la democracia que usted, que opina: “El combate por la libertad nos obliga a tomar partido resueltamente, sin subterfugios, por las sociedades abiertas y democráticas del mundo libre cuyo liderazgo ejercen los Estados Unidos”.

Racismo

Usted goza de un intenso racismo.
Se nota cuando recomienda a los indígenas que para superarse abandonen su cultura.
Basta leer su novela “Lituma en los Andes”, un libro contra los “serranos” (en el Perú costeño hay un racismo regionalista contra los indígenas identificados regionalmente como habitantes de la sierra).
Cuando el cabo costeño le dice al guardia serrano que “merece ser costeño”, éste le agradece. La culminación de la novela es la constatación de que el canibalismo es un ritual serrano. Yo soy serrano y en toda mi existencia no he visto nada semejante. Lo que sí veo es lo que dije más arriba, que la cultura que usted defiende está llevando al exterminio de la humanidad, no se la come, simplemente la está matando.
En mi libro “Nosotros los Indios” dedico un capítulo (“La cultura india y el neoliberalismo” – José María Arguedas y Mario Vargas Llosa) a la defensa de mi “tayta” José María contra los ataques suyos en su libro “La Utopía Arcaica”. No voy a repetir acá lo dicho allí, sólo menciono la presentación hecha para la segunda edición:
“Este artículo fue escrito en marzo de 1999. De entonces a ahora se ha desarrollado una oleada de movimientos indígenas en el continente y una desastrosa crisis del neoliberalismo. Esto demuestra que “la utopía arcaica” no es el “indigenismo de José María Arguedas” sino el bienamado neoliberalismo de Vargas Llosa, del cual continúa siendo uno de sus gurúes.”

Uchuraqay

En enero del 83 fueron asesinados 8 periodistas en la comunidad de Uchuraqay, Ayacucho.
El gobierno represor que entregó el poder político del departamento al genocida general Clemente Noel (fui suspendido por 120 días de la Cámara de Diputados por haber dicho esto y haberme negado a retirar ese calificativo), nombró una comisión presidida por usted para encubrir la responsabilidad del ejército en el crimen. Usted cumplió perfectamente ese cometido, culpando a los comuneros en forma colectiva por las muertes, desdeñando informes de antropólogos, juristas, lingüistas y psicoanalistas.
La Comisión por la Verdad y Reconciliación y otras organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian que usted se limitó a recoger los testimonios y pruebas que dieron los militares implicados en el crimen, las que naturalmente exculpaban al ejército, eliminando el resto. Aplicando el racismo manifestado en “Lituma en los Andes” dijo que habían sido los comuneros quienes mataron a los periodistas y piadosamente afirmó que “todos éramos culpables” por no “civilizarlos”.
Dicen que pasado un tiempo un tribunal encontró pruebas de la implicancia militar, y que usted manifestó que su conclusión la había hecho por el “bien de la democracia”.
Menciono esto porque hay quienes presentan a usted como “defensor de los Derechos Humanos”.
Los familiares de los periodistas muertos sienten asco por usted debido a su labor de encubridor de genocidas como Noel.

Conclusión

Afortunadamente los pueblos indígenas del mundo inspiran cada vez mayor respeto de otros sectores de la población mundial por estar a la vanguardia de la defensa de la naturaleza en favor de toda la humanidad y por practicar la verdadera democracia solidaria en sus organizaciones, mostrando el único camino posible para asegurar la supervivencia de la especie: Que sea toda la sociedad quien se gobierne a sí misma y sea la que determine qué instalaciones industriales pueden continuar existiendo sin poner en riesgo la supervivencia de la especie.
Esto he podido constatarlo en la gira que hice por Europa últimamente hablando precisamente de ese tema.
El verticalismo antidemocrático y egoísta de las grandes empresas multinacionales a lo que usted no sé por qué llama “democracia”, tiene cada vez menos admiradores.
No me extraña que usted haya recibido el Premio Nobel, También Obama recibió el premio Nobel de la Paz por impulsar la guerra de Afganistán.
Pienso que Alfred Nobel, quien se sentía culpable por su responsabilidad como empresario enriquecido a través de la producción de dinamita usada por la minería y la guerra, no estaría satisfecho con los dos premiados.

Hugo Blanco

Hernán Casciari : Renuncio

Entretenida y condimentada carta del blogger más exitoso de esta parte del mundo y la renuncia a sus columnas en los diarios La Nación (Argentina) y El País (España)

Hernán CasciariRenuncié hace unos días a mi columna de los domingos en el diario La Nación, de Argentina, y renuncio hoy a mi columna de los viernes en El País, de España. Noventa columnas y dos años de trabajo en La Nación; ciento veinte columnas y tres años en El País. Aprendí mucho de ambos periódicos. Aprendí, sobre todo, que solamente me puedo divertir en un medio sin publicidad, y que solamente puedo dormir los viernes —de un tirón, sin telefonazos intempestivos— en un medio sin ideología.
I.Cuando me llamaron del diario El País para hacer una columna los viernes en el EP3, aquel era un suplemento de 16 páginas y mi extensión límite de cuatrocientas palabras. Aquello fue en marzo de 2008. Todavía no despuntaba en Europa la crisis y las empresas aún invertían muchísimo en publicidad. A los seis meses entró un pie de página justo debajo de mi columna y adiós mis cuatrocientas palabras. Mi límite fue de trescientas veinte.
Entonces llegó la crisis. Pensé:
A ver si ahora, sin tanto auspiciante, vuelvo a mi tamaño original.
No. Le quitaron un pliego al suplemento para abaratar costes. Más tarde la crisis arreció, y adiós otro pliego. Mi última entrega, que ocurrirá mañana, son escasísimas doscientas cuarenta palabras en un suplemento de ocho páginas. ¿Saben ustedes cuántas son doscientas cuarenta palabras? Lo que acabo de escribir ahora, en estos cinco minutos. El próximo punto y aparte será igual a mis columnas de El País.
Se me podrá decir que tengo suerte, porque al final del camino cobré lo mismo por hacer la mitad del trabajo, pero ése es justamente el pensamiento rácano del periodismo actual. Mejor sería pensar: ¿tiene sentido que un tipo que escribe tenga que expresarse conforme avance o retroceda la publicidad? Por lo menos no se trata de censura ideológica, es verdad, pero la decepción interna es idéntica.
No puede ser posible que cuando las cosas le van muy bien a las empresas tengas que escribir menos —porque entra publicidad— y cuando las cosas le van mal a las empresas tengas que escribir menos —porque le quitan páginas al diario. ¿Qué tiene que pasar, económicamente hablando, para que los lectores leamos en paz (o para que los periodistas escribamos en paz) un texto de mil palabras?
En La Nación de Argentina, en cambio, nunca me recortaron las seiscientas palabras de mi columna dominical. Allí el límite sí era más bien ideológico. No utilizar groserías, que todo lo dicho sea una verdad contrastada, respetar a la institución eclesiástica y no escandalizar a los lectores habituales del periódico. Unas cláusulas complicadas para quien escribe, más por limitación que por estilismo, enormes boludeces y mentiras grandes como un caballo.
Cada vez que enviaba una columna incorrecta a La Nación, sonaba el teléfono de casa. Es horrible cuando te corrigen desde un país donde hay cinco horas de diferencia horaria, porque el llamado fatal ocurre, casi siempre, a las dos de la madrugada.
Hola Hernán, disculpame la hora pero estamos cerrando —me decían.
No, todo bien, decime —contestaba yo con la voz seca y el lado izquierdo de la cara con marcas de almohadón.
Estábamos editando tu columna y nos saltó una duda. ¿Qué querés decir, exactamente, en el párrafo sobre Ratzinger?
En qué parte.
Donde ponés que a “Ratzinger le gusta que le metan una lámpara de pie en el ojete”… ¿Está contrastada esa información?
No. Es una sospecha que tengo.
Pero es muy delicado decirlo sin un sustento. Es una información muy fuerte.
No es una información, es un chiste. ¿Querés sacar ‘ojete’ y poner ‘ano’? Por mí todo bien, no soy quisquilloso.
Me preocupa más la expresión ‘lámpara de pie’… A nuestros lectores no les gustan esas referencias lumínicas hacia la Iglesia Católica.
Entonces yo me levantaba, iba a la máquina y empezaba a quitar chistes y pensamientos trasnochados hasta que quedaba una columna más decente. También menos mía, es verdad. Pero mucho más decente.
Si tengo que ser sincero, en estos dos años me molestaron más los recortes de El País que los de La Nación. El diario argentino me limitaba en base a un convencimiento moral o, por decirlo de algún modo, por respeto a un libro de estilo interno y a una tipología de lector. El diario español no. Los recortes de El País de los últimos años —y el de casi todos los periódicos de este lado del charco— se basan en el impulso económico de abaratar costes y de pensar, cada vez menos, en sus lectores.
II.Y ya que estamos en el tren, aviso por este medio a Random House Mondadori que también renuncio a sacar nuevos libros con la Editorial Sudamericana de Argentina, o con Editorial Grijalbo en México. Por contrapartida, no tengo más que agradecimientos con Plaza & Janés de España. Pero como vengo embalado tampoco publicaré más allí.
No quiero saber más nada con Grijalbo porque en 2006 editó una versión de “Más respeto que soy tu madre” cambiando frases completas del libro sin consultarme. (Ya una vez lo conté en este blog.) De repente, mi personaje Zacarías Bertotti no era hincha fanático de Racing, sino del América de México. Y sin consultarme tampoco, Grijalbo le puso a ese mismo libro una portada espantosa y una tipografía horrenda. Y sin consultarme, catalogó a mi novela como de “autoayuda”. No quiero saber más nada con Grijalbo porque nunca supe si habían vendido un ejemplar. No me lo dijeron jamás, ni telefónicamente, ni por la vía habitual de depositarme la guita en el banco. No tengo datos al respecto.
Y no quiero tener más relación con Editorial Sudamericana porque estoy podrido de contestar mails de los lectores argentinos diciendo que mis libros siempre están agotados, o que no los pueden encontrar. Caminé muchas veces por Buenos Aires y lo comprobé. Distribución espantosa, marketing desganado, mucha desidia. Si no hubiera sido por los benditos .pdf de cada libro, que aparecen puntuales en Orsai, en mi país de origen no me lee ni el gato.
La última vez que estuve en Buenos Aires (no fue hace mucho) el director de Sudamericana me dijo, como al pasar, que solamente se habían vendido 975 ejemplares de mi primer libro de bolsillo en Argentina. Me dio una grandísima vergüenza en retrospectiva. Por suerte no supe aquello en 2005 —pensé— cuando salió aquel libro, porque me retiraba para siempre del circuito de las letras.
Sin embargo, un par de semanas después me encontré en el Skype con Andrés Monferrand, un gran amigo y un buen librero mercedino.
En Mercedes tus libros se venden como bizcochitos —me dijo feliz—. Tengo una lista de cuánto vendí en la librería, año por año.
Y me adjuntó esas cifras. De aquel primer libro de bolsillo, Andrés había vendido en mi ciudad natal 650 ejemplares. Qué extraño, pensé, recordando la cifra total de ventas en Argentina según Sudamericana. Qué extraño. En una de las tres librerías de mi ciudad casi se habían vendido todos los ejemplares del país. O Andrés me mentía, o me mentía la Editorial.
Yo creo que Andrés exageraba.
III.La revista que estamos haciendo con el Chiri es, sobre todo, ganas enormes de volver a leer largo y tendido, y de que cada colaborador escriba hasta que se le antoje. Queremos tener en las manos un papel que no te venda nada, ni explícito ni subliminal. Regresar a la crónica periodística y a la ilustración de calidad, y que las fotos te cuenten una historia, y que cada línea y cada desglose esté hecho por personas apasionadas, y no por burócratas, pasantes, acomodados y becarios.
En Francia hay un precedente. El periodista Patrick de Saint-Exupéry trabajaba en Le Figaro y, según él, no soportaba ajustar sus artículos a un número limitado de líneas. Entonces creó la revista XXI, en enero de 2008, respondiendo justamente a eso. Reivindicaba el periodismo de investigación, el mismo que la prensa tradicional está perdiendo a causa de Internet. O, en realidad, por querer parecerse a Internet.
Yo me compré unos números de la XXI, y está muy bien, a pesar de ser demasiado seria. Pero algo no me gustó. La suscripción anual sale 60 euros en Francia, 70 euros en Latinoamérica y 80 euros en África. ¿En África, incluso en la zona africana que habla francés, la revista sale más cara que en el resto del mundo? Algo está funcionando mal.
Nosotros estamos armando una revista que, encuadernadita y con olor a tinta fresca, llegará sin falta a los países que hablan nuestro idioma. A todos esos países, quiero decir, no únicamente a España, México y Argentina. A todos. Queremos que la revista llegue a cada sitio donde haya alguien que quiera leer con serenidad, y que tenga un precio razonable para ese sitio. No importa si ese sitio se llama Madrid o se llama Cochabamba. Tiene que costar, en cada región, lo que cuesta un libro de tapa blanda. O es así, o no es.
Y va a ser así, incluso a pérdida.
El mayor de nuestros objetivos, el que más ganas nos dará cumplir el uno de enero, es que la revista Orsai llegue a Cuba con un precio de tapa de 4 pesos cubanos, gastos de envío incluido. La misma que en Barcelona costará 20 euros, o 15 (ya veremos), y en el resto de Latinoamérica valdrá 11 dólares, o 9 (ya veremos). La misma. Nuestro objetivo es demostrar que si nadie lo hizo todavía, no fue por imposible.
Estamos organizando una estructura de distribución en donde ustedes, los cientos de lectores que llenaron de comentarios el texto anterior, tienen muchísimo que ver. Una red entre los lectores y los libreros como Andrés Monferrand en Mercedes, o como el propio Chiri en Luján. Los libreros amigos. A ellos tenemos que empezar ya mismo a decirles que estén atentos a este blog la semana que viene. Y que saquen con tiempo una cuenta en PayPal, porque empezarán a hacer buenos negocios. Para empezar, la cosa es con ellos. Con los libreros. Y a los libreros los tienen que informar ustedes.
Pero basta, basta, ya estoy adelantando más de lo que puedo, y hoy me senté a escribir sobre otra cosa. Sobre La Nación, sobre El País, y sobre Random House… Hoy tenía ganas de escribir sobre renuncias y portazos.
En este sencillo acto, entonces, y ante la aterradora mirada de Cristina, mi mujer, que es catalana y no entiende de gestas y epopeyas, renuncio a todo lo molesto y a todo lo incordioso y a todo lo burocrático y a todo lo extremadamente sigloveinte de mi oficio. Le digo chau, feliz de la vida y sin rencor, a los intermediarios que me obstaculizan la charla con los lectores. Chau publicidad, que te recorta la palabra; hasta nunca burocracia, que te distribuye mal y pronto; adiós y buena suerte ideología, que te despierta por la noche.
También dile adiós a la seguridad social y a que nos entre un duro en el banco —me interrumpe Cristina—, saluda de nuestra parte a la universidad de la Nina, despídete de comprarnos una casa y dejar de ser inquilinos, dile adiós a hacerte el tratamiento de conducto cuando se te caigan los dientes de tanto cenar las sobras… Que lo sepas, que yo cojo una maleta y me marcho, si sigues con esa idea de Cuba a cuatro pesos. ¿Qué se te ha perdido a ti en Cuba? Tú y el imbécil de tu amigo. Que desde que llegó os creéis Batman y Robin…
¡Silencio, mujer! ¡Con tus gritos nadie puede ser anarquista en esta casa!

César Hildebrandt: “Odisea de vacaciones”

¿Vacaciones? Bueno, más o menos.




Cuando llegamos al aeropuerto, la empresa LAN Perú?, que es seudónimo de la LAN chilena, demostró cómo actúa un monopolio con olor a coima y a Cornejo: había vendido más pasajes que asientos y resultaba que uno de los nuestros, comprado hacía un mes y a doble precio porque se trataba de un ciudadano extranjero, había sido “revendido” a una pasajera.
Una uniformada nos dijo que “nos haría el favor” de “convencer” a alguien que desistiera de volar. ¿Favor? ¿Convencer? ¿Desistir?
La uniformada insistía en que se trataba de un favor. Como si estuviera en el aeropuerto de Santiago de Chile y nosotros fueramos parias pedigüeños, hermanos bolivianos.
Al final, volamos.
Y Tarapoto, que en muchos aspectos es tan feo y ruidoso como las dos últimas sílabas de su nombre, se abrió ante nosotros con lo mejor de sí: flores extrañas, lianas de película, árboles de sombras amplias, aves azules que la velocidad hacia negras, gritos de papagayos demandantes. Sin embargo, todo el viaje terminaría fastidiado.
Del hotel Puerto Palmeras, que es de la primera respecto del cual no hay queja posible, pasamos, tras una travesía de hora y media que incluyó el cruce del Huallaga en una balsa entre precaria y pintoresca, a una filial internada en plena selva llamada Lago Lindo. El lugar es un paraíso, a pesar de los mosquitos, y uno allí entiende por qué hay lugareños que defienden tierras como esta y cuán voraz y sin escrúpulos hay que ser para venir a estas comarcas con topadoras que arrasen, taladros que perforen e ingenieros que calcules.
El último día fuimos en una embarcación ligera, con motor fuera de borda, a visitar Laguna Azul, que es lo mejor de la travesía por su extensión, sus colores y su cielo surcado por la pajarería.
De pronto, a lo lejos, divisamos a unos motonautas. Cuando nuestra embarcación se acercó, nos dimos cuenta de quiénes era: jóvenes patanes que querían impresionar a las muchachas que los miraban desde una lancha.
Uno de esos salvajes decidió duplicar la apuesta y vino hacia nosotros. Cuando estaba muy cerca –y a unos 80 kilómetros por hora- se desvió apenas y nos rozo por la proa a menos de un metro de distancia. Si nos hubiera dado, nos habría volcado. Y ninguno de nosotros tenía chaleco salvavidas porque el botero –empleado de Puerto Palmeras- había olvidado el protocolo de ordenar que los usáramos, Después nos enteramos de que esa banda de delincuentes juveniles está plagada por los hijos de un tal Miguel Santillán, dueño de una cadena de pollerías en Tarapoto. El hotel ha emprendido una acción legal de dudoso desenlace porque en esas tierras el poder judicial padece de la misma enfermedad que lo postra en Lima: una tenaz gangrena. En todo caso, recomendamos desde aquí que nadie acepte ir a Laguna Azul si esos motonautas continúan poniendo en riesgo la vida de tanto ingenuo turista.
De regreso a Lima, encandilados por el entusiasmo de PromPerú, convencidos de que el Perú avanza, fuimos a Ayacucho. Lo hicimos por tierra porque la monopólica LAN ha decidido no volar a Ayacucho. Pero, claro, confiados en lo que el internet dice sobre el camino: ocho horas de asfalto terso y sin sobresaltos. Así que veríamos el duro paisaje andino desde un auto que apenas vibraría.
¿Terso? ¿Sin sobresaltos?
Desde el desvío de Pisco hacia “la ruta de Los Libertadores” hay, en efecto, unos pocos kilómetros pertenecientes a la civilización. El resto es infame, digno de una ruta alterna eritrea, de un camino secundario en Togo, de un carrozable de Madagascar. Es la única carretera del mundo que tiene letreros como este: “Zona de baches”. Y tal vez sea la única en la que los agudos badenes carecen de avisos y el rectángulo metálico que dice “Zona de parchados” anuncia kilómetros de huecos, desniveles, hundimientos peligrosos. Hay avisos más ominosos todavía. “Peligro de desprendimiento de rocas grandes” es uno de ellos. Lo que quiere decir es que desde ese roquerío vertical, desde esos cerros cortados a la mala y perpendiculares a la angosta carretera te puede caer una piedra que sea la última de tu vida y la de tus acompañantes. Tuvimos suerte porque salimos con vida, pero –eso sí- vimos, a lo largo del camino, cientos de pedruscos, piedras y piedrones desparramados en la pista y que muchas veces tuvimos que evadir invadiendo el carril contrario.
Para cruzar esa ruta decadente tienes que pagar tres peajes, que van a parar a manos de Casa Constructores, una empresa ecuatoriana que tiene la concesión y la desfachatez de exigirte dinero por recorrer, durante cinco interminables horas, 328 kilómetros de peligro y descuido.
Pero por fin estábamos en Ayacucho.
Seré breve para no seguir aburriendo: Ayacucho ha dejado de existir y nadie nos lo había dicho. Es una ciudad en ruinas, una sombra, su propio fantasma. Sólo su Plaza de Armas parece ilesa. Todo lo demás ha sufrido la suma de varios comejenes: gobiernos regionales y municipios disparatados, dejadez, deterioro urbano, carencia de planeamiento, invasión del comercio y una pundonorosa falta de higiene.
El primer día del 2011, por ejemplo, un olor a mierda invadió todo el centro de Huamanga. Venía de un desagüe oceánico desbordado y caído, por gravedad, desde las partes altas de la ciudad. Era un olor impropio y, según nos dijeron en el hotel, recurrente. Resulta que, por falta de presupuesto, no se ha podido ampliar la tubería de las aguas fecales. Lo que quiere decir que en Ayacucho sobra mierda y falta amor propio.
¿Y este es el país que avanza sin tregua, que va rumbo al primer mundo del mismo modo que la panza de García se dirige hacia la obscenidad?
Visitar Ayacucho es una lección. Y ver la vida amenazada por unos imbéciles en Tarapoto, también. Hay algo invenciblemente pasmado y retorcido en mi país.