lunes, 13 de septiembre de 2010

PERU: LOS COJUDOS MAS RICOS DEL MUNDO

PARA REFLEXIONAR

la primavera es una estacion que más me gusta,
porque las flores se visten de multicolores
las aves trinan.

El siguiente texto, que no es nuevo, no pierde actualidad y es oportuno más bien difundirlo ahora que nos acercamos a los procesos electorales. Hagamos que todos tengan conciencia de que algo hay que hacer para cambiar el estado de cosas en nuestro país.
Peruanos Ricos


Un Peruano le envía un mail con una pregunta a su hermano, que radica en los EE.UU.
- ¿Por qué los peruanos somos pobres?
Respuesta del hermano que vive en EE.UU:
- Querido Rafo, cómo se ve que los árboles no te dejan ver el bosque.
Cómo puedes llamarte pobre, cuando eres capaz de pagar por un litro de gasolina MÁS DEL TRIPLE de lo que pago yo.
Cuando te das el lujo de pagar tarifas de electricidad, de teléfono y celular un 80% MÁS CARAS de lo que me cuestan a mí.
Pagar comisiones por servicios bancarios y tarjetas de crédito del TRIPLE de lo que aquí nos cuestan, o cuando por un AUTO que a mi me cuesta $20,000 dólares tú puedes pagar $38,000 dólares porque tú sí puedes darte el gusto de REGALARLE $18,000 DÓLARES AL GOBIERNO y nosotros no.

Rafo:
- NO TE ENTIENDO!
- Pobres somos nosotros, los habitantes de la Florida. Por eso el Gobierno Estatal, teniendo en cuenta nuestra precaria situación financiera, nos cobra sólo el 2% de IGV (hay otro 4% que es Federal; total = 6%) Y NO 19% COMO A USTEDES los ricos que viven en Perú.
Además, son ustedes los que TIENEN 'IMPUESTOS DE LUJO' como son los impuestos por gasolina y gas, alcohol, cigarros, puros, cerveza, vinos, etc.) que alcanza hasta el 320% del valor original, y los otros como: GANANCIAS (impuesto sobre las utilidades y sueldos), Impuesto
Sobre automóviles nuevos, IMPUESTO A LOS BIENES PERSONALES (impuesto a los bienes de las empresas), Impuesto por uso de automóvil.
Y dichoso que todavía te das el lujo de pagar IGV por estos impuestos, además de todos los tramites y pagos estatales y municipales. Porque si ustedes no fueran ricos, ¿qué sentido tendría tener unos impuestos de ese calibre? ¿POBRES?, ¿de dónde?
Un país que es capaz de cobrar el IMPUESTO A LAS GANANCIAS Y A LOS BIENES PERSONALES (mediante anticipos) POR ADELANTADO como Perú, necesariamente tiene que nadar en la abundancia, porque considera que los negocios de la nación y de todos sus habitantes siempre tendrán ganancias a pesar de saqueos y asaltos, coimas, huracanes, temblores e inundaciones y por supuesto de seguro que todos deben de ganar muchísimo.
Los pobres somos nosotros los que vivimos en USA que NO pagamos Impuesto sobre la Renta si ganamos menos de $3,000 dólares al mes POR PERSONA (más o menos 9.000 soles).
Y allí pagan policía privada, mientras que nosotros nos conformamos con la pública. Allí hasta envían a los hijos a colegios privados y mira si seremos pobres aquí en EE.UU., que las escuelas públicas te prestan los libros de estudio previendo que no tienes con qué comprarlos.
A veces me asombra la riqueza de los Peruanos que piden un préstamo cualquiera, y son capaces de pagar 38% ANUAL DE INTERESES, COMO MÍNIMO.

¡¡¡ ESO ES SER RICO!!!

No como aquí, que apenas llegamos al 8% (generalmente 7.8%), justamente porque NO estamos en condiciones de pagar más.
Supongo que, como todo rico, tienes un AUTO y que estás pagando un 8 o 10% anual de seguro; Y como te sobra el dinero, tú si puedes efectuar pagos anuales de aproximadamente S/.1,000 por concepto de eso que ustedes llaman IMPUESTO AUTOMOTOR, mientras que acá nosotros no podemos darnos esos lujos y cuando mucho pagamos $15 dólares anuales por el STICKER sin importar qué modelo de auto manejes, pero claro, eso es para gente apretada de recursos que no puede erogar los enormes flujos que ustedes los Peruanos manejan.
Saca la cuenta. ¿Quién es el rico, y quién el pobre? Por ultimo, MÁS DEL 20% de la población económicamente activa en Perú NO TRABAJA.
Aquí, en cambio, sólo hay un 4% en la misma situación. ¿No te parece que el vivir sin trabajar es un lujo que sólo los ricos se pueden dar? Vamos hermano, te quedaste en Perú porque eres RICO.
Son los pobres como yo los que nos fuimos a probar suerte a otros lados.
Me contaron también que a los funcionarios públicos, provinciales y municipales, les paga el pueblo un MONTON de sueldo. Sin contar los muertos, ni heridos, regalitos y otros.
Qué envidia ¡¡ESO SÍ ES VIVIR EN LA RIQUEZA !!
Bueno Rafo, te mando un abrazo, luego me cuentas cómo les va con el nuevo presupuesto y las elecciones presidenciales para el 2011, lo que sí es seguro es que les aumentaran más los impuestos.
Pero bueno, eso es lo de menos cuando se tiene guita para pagarlos.

Atentamente:

Tu pobre hermano inmigrante.

 SI NO LO REENVÍAS NO PASARÁ ABSOLUTAMENTE NADA, TODO SEGUIRÁ IGUAL, PERO SI DECIDES HACERLO POSIBLEMENTE OTROS PENSARAN CON MAYOR DETENIMIENTO A LA HORA DE VOTAR Y ELEGIR AL PRÓXIMO GOBERNANTE Y A LOS PRÓXIMOS PADRES DE LA PATRIA.

Publicidad y análisis psicológico: construyendo la alienación consumista


Posted: 14 Jun 2010 10:14 AM PDT
                                                   Por: Pedro Antonio Honrubia Hurtado (*)
                                                                      Kaos en la Red
Ninguno de los elementos, ni en la forma ni en el contenido, de todos esos anuncios publicitarios que nos invaden por doquier está improvisado. Todo está estudiado y analizado al más mínimo detalle. Los creadores publicitarios no dejan nada al azar. Detrás del lanzamiento de cada anuncio, de cada marca, está el trabajo de un equipo interdisciplinario, que se basa en los conocimientos acumulados sobre la psicología y el comportamiento de los consumidores y los efectos de la publicidad sobre los mismos. La investigación psicológica del consumidor juega aquí un papel central. Se hace necesario conocer su deseos, sus pasiones, sus pulsiones, sus gustos, cualquier rasgo psicológico que pueda proporcionar una información válida para conseguir la identificación del comprador o compradora con el producto ofertado, así como para el desarrollo de nuevas necesidades de tipo social o psicológico en los mismos. La publicidad es ante todo, y sobre todo, psicología.

Fue un sobrino estadounidense del propio Sigmund Freud, Edward Bernays, el primero en percatarse del incalculable potencial que las teorías de su tío ofrecían al capitalismo y su visión del mundo, de la economía y del papel que el individuo debe jugar en la nueva sociedad consumista-capitalista que estaba emergiendo. El propio Edward Bernays, explica en un documental de la prestigiosa BBC (2007), cómo se logró identificar la democracia capitalista con el consumo, y cómo el sistema capitalista y las grandes corporaciones controlan la mente de las masas con la manipulación de los instintos.
El razonamiento propuesto por este hombre, aunque con efectos devastadores para la libertad humana, fue sencillo: si es verdad eso de que el hombre está sometido por una serie de fuerzas, pulsiones, deseos y necesidades inconscientes que ni si quiera él mismo conoce, y que operando desde un oscuro lugar de la mente tienen capacidad para influir en la conducta del hombre, también lo será que, manipulando convenientemente estas pulsiones, deseos y necesidades ocultas, quien sea capaz de realizar tal manipulación será capaz también de influir directamente, sin que ellos lo sepan, en la conducta, el pensamiento y el comportamiento de estos sujetos, y todo ello, además, mientras que por la vía de los mecanismos conscientes habituales se les está diciendo que se hace justamente lo contrario. Usted es libre para comprar lo que deseé, pero sus deseos serán previamente analizados, impulsados y hasta creados por los publicistas. Ergo, nos encontramos plenamente ante lo que podemos considerar “una regresión en la larga lucha del ser humano por convertirse en un ser racional y autodeterminado” (Packard, 1959). Un ataque a la libertad individual en toda regla.
Se da aquí comienzo oficialmente a la ciencia de la persuasión de masas, germen fundamental de la publicidad contemporánea. Luego, poco a poco, se irían insertando conocimientos, teorías y prácticas psicológicas provenientes de todas las ramas teóricas de la psicología (conductismo, humanista, existencial, etc.). En su ensayo “Propaganda” (2008), Edward Bernays explica detalladamente como había tomado las ideas psicoanalíticas de su famoso tío para aplicarlas a la naciente ciencia de la persuasión de masas: “La propaganda moderna es el intento consecuente y duradero de crear o dar forma a los acontecimientos con el objetivo de influir sobre las relaciones del público con una empresa, idea o grupo. (…) El moderno propagandista estudia sistemática y objetivamente el material con el que trabaja, como si se encontrase en un laboratorio. Si le encargan una campaña de ventas a escala nacional, estudia el terreno mediante una agencia de seguimiento de prensa, sirviéndose de un ejército de ojeadores, o mediante el estudio personal desde un mirador privilegiado. Determina, por ejemplo, qué características de un producto están perdiendo el favor del público y en qué dirección está virando el gusto de la gente. No se olvidará de investigar si es la esposa quien tiene la última palabra en la elección del coche de su marido, o de sus trajes y camisas. (…) Los hombres rara vez se percatan de las razones reales que motivan sus acciones. Un hombre puede creer que compra un automóvil porque, tras sopesar sus características técnicas, ha llegado a la conclusión de que es el mejor. Usualmente se está embaucando a sí mismo. Lo compra porque alguien respetado tiene uno igual, o porque sus vecinos pensaban que no podría tener un coche de esa categoría o porque sus colores se asemejan a los de su fraternidad universitaria. Son los psicólogos de la escuela de Freud los que nos dicen que la gran mayoría de pensamientos y acciones del hombre son en realidad sustitutos compensatorios de deseos que éste se ha visto obligado a reprimir. Un hombre que compra un coche puede creer que lo necesita para desplazarse, sin embargo, quizás lo quiera porque es un símbolo de posición social, una demostración de su éxito en los negocios o un medio para contentar a su mujer. Resulta evidente que el propagandista deberá entender los verdaderos motivos y no contentarse con las razones que arguyen los hombres para justificar sus acciones. (…) Y cuando los haya, el nuevo propagandista debe ponerse manos a la obra para crear las circunstancias que le permitan modificar los hábitos tradicionales de los consumidores”.
Comienza así lo que posteriormente se catalogaría como “enfoque multidisciplinar del consumidor”, es decir, un enfoque orientado a destripar las circunstancias, los deseos, las pulsiones, las pasiones y las necesidades del consumidor, que pretende dar cuenta del comportamiento de éste desde las distintas perspectivas teóricas y metodológicas de las denominadas ciencias de la conducta: psicología, psicología social, sociología y antro­pología, y cuyo principal fin será tener un conocimiento en profundidad del potencial consumidor de un determinado producto, a objeto de crear las condiciones que permitan la identificación del mismo con el producto en cuestión, así como el desarrollo de nuevas necesidades de tipo social o psicológico que permitan crear las circunstancias necesarias como para adaptar el producto a los deseos del consumidor, o, mejor aún, los deseos del consumidor a las características del producto. Los supuestos y contenidos de este enfoque multidisciplinar de la conducta del consumidor fueron sintetizados por el psicólogo estadounidense T. S. Robertson (1976) en los siguientes términos:
Factores individuales: cognición, percepción, aprendizaje, personalidad, motivación y actitu­des. Son éstas variables esencialmente psicoló­gicas y psicológico-sociales.
Factores sociales: pertenencia a grupos e in­fluencia social. Son éstas variables sociológicas y psicológico-sociales.
Factores socioculturales: clase social, subcul­turas y culturas. Son éstas variables esencialmen­te sociológicas y antropológico-culturales”
Lo que se pretende, como se puede observar, es un conocimiento lo más profundo posible del sujeto al que va destinado el anuncio publicitario, con el objetivo de eliminar las tendencias desfavorables y fomentar las tendencias, que son favorables a la manifestación publicitaria en cuestión, en el sujeto “explorado” (De Plas y Verdier, 1972). Es la ciencia de la “Investigación motivacional” (Packard, 1959), una práctica a través de la cual se trata de indagar en los motivos que inducen al sujeto a hacer una determinada elección de consumo, actuando fundamente en los niveles subconscientes e inconscientes de la consciencia humana.
Siguiendo a Bernays, este proceso de investigación pretende llegar, a través del uso de múltiples técnicas, al conocimiento de lo consciente y, sobre todo, de lo inconsciente, en las decisiones del sujeto, pues, como se ha dicho, se tiene la creencia de que las preferencias a la hora de tomar una determinada decisión de consumo se determinan principalmente por factores de los que el individuo no tiene consciencia. Se anda a la búsqueda de imágenes donde los potenciales consumidores puedan verse como si de su propia autoimagen se tratase. Los publicistas buscan crear una imagen simbólica donde el sujeto pueda verse reflejado, ya sea mediante sus propias características reales, ya sea mediante sus sueños o aspiraciones idealizadas respecto de ciertos códigos culturales relacionados con la riqueza, el éxito social, el poder de seducción, o elementos por el estilo. Nada atrae más a uno que uno mismo (Packard, 1959), así que la identificación de la imagen proyectada por un determinado producto con las propias características reales, imaginadas o deseadas de uno, actúa como un auténtico gancho emocional de cara a despertar el deseo de compra en las personas.
Para lograr esta identificación casi narcisista, los publicistas manejan una serie de tendencias de tipo mental y material que se consideran esenciales a la hora de re-direccionar la actitud del sujeto hacia la compra de un determinado producto, entre las cuales podemos encontrar tendencias tan significativas como la envidia, la necesidad de certidumbre, la pereza mental, la aspiración al bienestar, la sexualidad reprimida o el gusto por la vanidad, el lujo y el esnobismo. A través del uso y explotación de estas tendencias, la publicidad se propone informar, interesar, convencer, y finalmente transformar esa convicción en acto: el de comprar (De Plas y Verdier, 1972). El interés del sujeto en el producto ofertado, voluntario o no, se ha de generar a través de lo que se conoce como “choque psicológico”, destinado a dejar una huella, consciente o inconsciente, en el sujeto que recibe el mensaje publicitario. Este “choque psicológico” se pretende generar a través de tres procedimientos distintos, todos ellos de marcado carácter cognitivo: 1) Por un efecto sorpresa, 2) creando interés inmediato, 3) Divirtiendo o agradando mediante el anuncio (De Plas y Verdier, 1972).
Entre los objetivos prioritarios de la actividad publicitaria, además de llamar la atención de los potenciales compradores/consumidores sobre el producto y difundirlo, se encuentran el hacer llegar el mensaje correcto al público indicado y en el momento preciso. Para saber cuál es el público indicado se ha de tener claro, como se puede observar, para qué sirve el producto y a quién va destinado, y debe utilizarse el código de ese público. Sólo así el ingrediente de persuasión que todo anuncio lleva consigo puede ser eficaz. Para cumplir estos objetivos, la publicidad aplica un conjunto de técnicas de la psicología (que aporta el esquema A.I.D.A., según el cual un buen anuncio debe atraer la atención, suscitar el interés, despertar el deseo y provocar la adquisición) y la sociología con un punto de vista utilitario, contribuyendo con ello a la aceleración del proceso económico producción-consumo. Entre estas técnicas psicológicas podemos destacar las siguientes (Von Holzschumer, 1966, De Plas y Verdier, 1972, Packard, 1959, González Martín, 1991, López Vázquez, 2007, y otros):

-Técnicas de condicionamiento:

Según la famosa teoría de Paulov, el condicionamiento clásico se produce cuando un estímulo antes neutro se vuelve capaz de provocar una respuesta aprendida, a partir de que el sujeto genera en su mente una asociación entre dos estímulos que, en principio, no tenían relación ninguna. Si para avisar a un perro de que es la hora de la comida, se le toca una campanilla, el perro asocia el sonido de la campanilla a la llegada de la comida, al punto de que con el simple escuchar el sonido de la campanilla, el perro saliva, según el famoso experimento del mencionado autor. En publicidad, el condicionamiento previo desempeña un papel importante en las estrategias de los publicistas. La técnica consiste en hacer que los receptores de un determinado mensaje publicitario asocien la imagen del producto promocionado con una serie de elementos que le generen placer. Se asocia un estímulo en principio neutro (el producto que quiere ser vendido), con una serie de situaciones, imágenes, contextos o valores que producen sensación de bienestar en el receptor del mensaje (sensación de poder, de seguridad, de satisfacción personal, de felicidad, de satisfacción de los impulsos sexuales, o cosas por el estilo). Con ello consiguen que el producto en cuestión quede de alguna manera envuelto en las características inicialmente asociadas al estímulo o situación consideradas de ante mano como atractivas. Por eso los anuncios venden siempre mundos felices y satisfactorios, puesto que si el potencial consumidor asociase la imagen de un determinado producto con sensaciones de tipo negativo (tristeza, insatisfacción, peligrosidad, etc.), las ventas de tal producto resultarían misión imposible.

- El modelamiento psicológico

Cormier y Cormier (1994) definen el modelado como “el proceso de aprendizaje observacional donde la conducta de un individuo o grupo -el modelo- actúa como estímulo para los pensamientos, actitudes o conductas de otro individuo o grupo que observa la ejecución del modelo”. Esta técnica, principalmente estudiada y desarrollada por el psicólogo cognitivo canadiense A. Bandura, sugiere que si uno escoge a alguien con algún trastorno psicológico y le ponemos a observar a otro que está intentando lidiar con problemas similares de manera más productiva, el primero aprenderá por imitación del segundo. Esto es, implícitamente se está reconociendo que los seres humanos tienden a modificar sus conductas y hábitos cotidianos en la medida que ven que otras personas, con unas conductas o hábitos diferentes, están teniendo mayor éxito que ellos en sus planteamientos vitales. Es lo que podríamos llamar la modificación de la conducta propia por imitación de una conducta ajena que responde de manera satisfactoria ante los desafíos de la existencia cotidiana, de una manera, cuando menos, más satisfactoria que nuestras propias conductas. Las influencias del modelamiento, por tanto, pueden fortalecer o debilitar las inhibiciones de la conducta que los individuos han aprendido previamente. En publicidad, esta técnica es utilizada principalmente para reorientar la conducta de los consumidores hacia las conductas propulsadas por los modelos que aparecen en los anuncios, especialmente gente famosa que suele tener gran capacidad de impacto social. Cuando un potencial comprador ver que un determinado modelo está usando un producto X, y que ello le proporciona cierto éxito social, el comprador tenderá a desear la posesión de ese producto como modo de acercarse al modo de vida representado por el modelo en cuestión. Igualmente, este tipo de técnicas se utilizan para mitigar el impacto negativo que pudiera tener el uso de un determinado producto, debido a sus riesgos asociados. Por ejemplo, mediante un anuncio se presenta un modelo que ejecuta actividades peligrosas sin efectos perjudiciales, o que decide tomar ciertos riesgos, colocar su dinero en un banco, comprarse un coche de carreras y sentir el placer de la velocidad a 180km/h que solo te puede dar ese coche, sin que por ello sufra ninguna consecuencia aparente. Esto consigue reducir el miedo asociado a tal actividad y provoca cambios en la conducta).

-Uso de los influjos inconscientes

Allá donde la consciencias humana no puede llegar, el inconsciente tiene su reinado. Los publicistas lo saben, y han desarrollado toda una serie de técnicas cuyo objeto no es otro que arrastrar los influjos inconscientes de las personas hacia la identificación del sujeto con la imagen que se proporciona de un determinado producto. El color, la forma, la materia, la colocación de las figuras en un anuncio, el tono de voz, el volumen, son elementos que en multitud de ocasiones pueden pasar desapercibidos para la consciencia, pero que siempre suelen tener un significado para el inconsciente, a pesar de que el propio sujeto no sea capaz de percibirlo en primera instancia. Un determinado color puede estar asociado a una determinada respuesta emocional que genere mayor o menor placidez, la subida o bajada del volumen de la música de un anuncio puede hacer que alguien se sienta atraído o repulsado por lo que está presenciando, la colocación física de los elementos que componen un anuncio puede generar sensaciones muy diversas en el receptor del mensaje, un determinado uso del tono de voz del locutor del anuncio ídem. Son reacciones ante determinados estímulos que apenas podrían ser percibidas por la consciencia, pero que juegan un papel fundamental para el inconsciente. Los publicistas lo saben, y han dedicado largo tiempo en investigar aquellos colores, sonidos, usos del tono de voz, o de colocación de los elementos de un anuncio en el espacio, que despierten mayor sensación de bienestar en las personas que los perciben. Rara vez veremos un anuncio en colores apagados, o donde aparezca un locutor con un tono de voz que sugiera enfado o regañina, o anuncios donde se representen espacios cerrados y haya una gran saturación de elementos amontonados en el espacio. No es casualidad. Los publicistas conocen la simbología que los sujetos suelen otorgar a esa serie de elementos y los efectos de animadversión que pueden generar en ellos, de ahí que no se utilicen (al recordarles sensaciones desagradables o episodios ingratos de la propia experiencia personal). En cambio, los colores vivos, que sugieran escenarios felices y casi infantiles, las voces cautivadoras que sugieran ternura o confianza, los espacios poco saturados que sugieren liberación, etc., suelen ser los predominantes. Con ello, los publicistas están hablando en el idioma del inconsciente, y, paradójicamente, lo hace de manera muy consciente.

-Publicidad subliminal

Diferente a lo anterior, aunque estrechamente vinculado, dado que en ambos casos los mensajes van dirigidos a operar directamente en los niveles de percepción y procesamiento de la información situado por debajo de la consciencia, tenemos la tristemente famosa publicidad subliminal. Es aquella que “mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogos pueda actuar sobre el público destinatario sin ser conscientemente percibida” (López García, 2004). A través de ella, los publicistas consiguen conectar con nuestras necesidades, impulsos y emociones más íntimas. Aunque su uso está normalmente regulado y penado por la legislación, diversos autores defienden que su uso sigue siendo una técnica bastante habitual en muchos de los anuncios publicitarios que llegan hasta nuestra percepción cotidiana. Puede ser usada en todos los medios de comunicación, incluyendo subestímulos verbales o dibujados, en fotogramas de películas o videos, en anuncios de revistas y periódicos, en carteles o vayas y, mediante mensajes auditivos no detectados por el oyente. La publicidad subliminal opera como un lenguaje dentro de otro lenguaje, constituyen un lenguaje camuflado dentro de las imágenes que son percibidas de manera consciente (Lorenzo González, 2002). La publicidad consciente intenta asegurar su recuerdo en orden a valorar su eficacia. Sin embargo, la publicidad subliminal pretende justamente lo contrario: no ser identificada ni recordada a nivel consciente. Todo su poder reside precisamente en que sus mensajes no son recordados por el sujeto que los recibe, y, sin embargo, han conseguido estimular rasgos, pasiones, deseos o pulsiones muy profundos de su personalidad. Los mensajes subliminales insertados en los anuncios habituales pretenden que el receptor recuerde el anuncio a través de la excitación que le ha generado el mensaje oculto dentro de él. No se recuerda el mensaje subliminal, pero su acción tiene la suficiente fuerza como para que el receptor del mensaje global se sienta atraído por él. Es un modo de despertar el deseo del consumidor a través de la asociación de las sensaciones inconscientes despertadas por el mensaje subliminal con el mensaje consciente que se refleja en el resto del anuncio. El estímulo subliminal es un complemento del anuncio consciente, pero un complemento que se constituye en factor central para que tal anuncio cumplan su función de atraer la atención y despertar el deseo del potencial comprador.
Estas técnicas psicológicas, que suelen ser combinadas en los anuncios de manera sistemática, están siempre destinadas a persuadir al receptor del mensaje. Persuadir es la finalidad última de todo anuncio, quedando el aspecto informativo en un plano absolutamente secundario. La mayoría de los anuncios se construyen atendiendo a tres necesidades persuasivas: la necesidad de hacer conocido-deseado el producto; la necesidad de vincular el producto con una dimensión motivacional más o menos pertinente, fundada en una carencia que afecta a zonas amplias del público; y la necesidad de motivar no sólo la compra, sino también la recepción del anuncio, haciendo que éste se convierta en un objeto atractivo, grato, fácil de inteligir y generador de una satisfacción puramente estética (González Martín, 1991).
Los publicistas, y, sobre todo, los capitalistas que les pagan, entendieron y entienden a la perfección ese pensamiento impulsado por Edward Bernays a principios del siglo pasado, a saber: que el impulso subjetivo de consumir no es tan racional como debiera. El psicoanálisis de masas aplicado a campañas de persuasión se convirtió así en una industria multimillonaria, y los persuasores profesionales se apoderaron de él en su búsqueda de métodos más eficaces para vender su mercancía (Packard, 1959), ya sea ésta artículos, ideas, actitudes, metas, estados de ánimo o cualquier otro tipo de producto, sentimiento o emoción de la que se pueda hacer negocio y sacar un rédito tanto desde un punto de vista económico, como, sobre todo, social.
Un anuncio bien articulado tiene muy en cuenta lo importante que es estimular el deseo hacia un producto o servicio con el fin de que el consumidor sienta el máximo de placer al comprarlo, al utilizarlo, al sentir que lo posee (Figueroa, 1999). Las emociones, conscientes e inconscientes del consumidor, desempeñan un papel central en el estudio psicológico que los publicistas hacen del potencial consumidor, es decir, del sujeto en tanto que individuo social.
Lo que se promueve es que el acto de consumir sea afectivo de pleno derecho, es decir, que a través de él se resuelven fobias y filias, se generen sentimientos hacia uno mismo y hacia los otros, y, en definitiva, un sin fin de deseos cuya procedencia uno mismo desconoce, pero en los que cree a pies juntillas, dado que tiene la impresión que salen de su interior. Los publicistas explotan el factor emocional hasta la saciedad (tanto que para muchos autores el factor emocional es el factor principal en el mundo de la creación publicitaria) para que el deseo irracional de consumir, y sus efectos consecuentes en el sistema socioeconómico no decaigan nunca. Las marcas deben enamorar a los consumidores, al tiempo que inspiran y participan de sus emociones más profundas. Los publicistas deben lograr que las marcas se incorporen a la vida del consumidor como algo imprescindible (lo innecesario os es imprescindible, decía El Roto en una genial viñeta publicada en el diario El País), de tal modo que el sujeto las incorpore a su experiencia vital y, cuando repase sus momentos importantes, las marcas estén presentes en sus recuerdos y despierten en él sentimientos profundos de pertenencia (López Vázquez, 2007).
La publicidad comercial es, en definitiva, una especia de terapia psicosocial destinada a satisfacer los intereses económicos, políticos y sociales de la sociedad consumista-capitalista, en tanto y cuanto, con su acción pretende:
1) Incitar al consumo compulsivo para que el ciclo consumista no se detenga nunca, con los consecuentes beneficios económicos que ello tiene para los capitalistas, capaces de vender cualquier cosa innecesaria con tal de ganar algo de dinero.
2) Someter y alinear al ciudadano bajo el esquema de sentido de la vida impuesto por los códigos simbólicos presentes en los anuncios, con tal de que no renuncie nunca a perseguir los fines materialistas, individualistas, competitivos, egoístas y consumistas impuestos por la estructura económica, clasista, que sustenta todo el entramado social.
3) Atacar la libertad individual, en tanto y cuanto son fomentadas las decisiones irracionales e impulsivas, frente a las decisiones racionales, además todo ello tras haberse realizado un minucioso análisis de los deseos, pasiones, pulsiones, necesidades y conflictos psicológicos profundos de los potenciales compradores.
Una búsqueda, en resumen, de la esclavitud psicológica del ser humano, convertido en sujeto para el consumo, en objeto para la satisfacción de los intereses económicos, políticos y sociales del capitalismo, esto es, de los intereses económicos de las clases dominantes, que al final es de lo que trata cualquier cosa que tenga que ver con el capitalismo.

Notas:

BBC (2007): “El Siglo del Individualismo”. Documental. Visto en internet el 18 de abril de 2010: http://www.tu.tv/videos/el-siglo-del-individualismo

La Humanidad en PELIGRO - testimonio de vida gay

MUJER CRIADA POR HOMOSEXUAL PIDE A LOS GOBIERNOS PROTEGER EL VERDADERO MATRIMONIO
Una mujer canadiense que fue criada en un hogar homosexual se dedica ahora a asistir a otras personas que atraviesan por la misma situación y a pedir a los gobiernos del mundo que protejan el matrimonio entre hombre y mujer.

Según informa ForumLibertas. org, Dawn Stefanowicz vive en Ontario, Canadá, con su esposo de toda la vida y sus dos hijos, a los que ha educado en casa. Actualmente prepara su autobiografía y desarrolla un ministerio especial desde el sitio web (en inglés) http://www.dawnstef anowicz.com/: Brinda ayuda a otras personas que como ella crecieron a cargo de un padre homosexual y fueron expuestos a este estilo de vida.
Stefanowicz explica en el sitio web “cómo en su infancia estuvo expuesta a intercambios de parejas gays, playas nudistas y la falta de afirmación en su feminidad, cómo le hirió el estilo de vida en el que creció, y ofrece ayuda, consejo e información para otras personas que han crecido heridas en un entorno de ‘familia’ gay, un estilo de ‘familia’ que ella no desea para nadie y que cree que las leyes no deberían apoyar”.

Su testimonio:

En su relato, Stefanowicz explica que debido a una enfermedad grave de su madre debió quedar al cuidado de su padre homosexual cuando aún era una niña. “Estuve expuesta a un alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual debido al abuso sexual, a los comportamientos de alto riesgo de mi padre y a numerosas parejas”, relata.
“Incluso cuando mi padre estaba en lo que parecían relaciones monógamas, continuaba haciendo ‘cruising’ buscando sexo anónimo. Llegué a preocuparme profundamente, a amar y entender con compasión a mi padre. Compartía conmigo lo que lamentaba de la vida. Desgraciadamente, siendo niño unos adultos abusaron sexual y físicamente de él. Debido a esto, vivió con depresión, problemas de control, estallidos de rabia, tendencias suicidas y compulsión sexual. Intentaba satisfacer su necesidad por el afecto de su padre, por su afirmación y atención, con relaciones promiscuas y transitorias. Las (ex) parejas de mi padre, con los que traté y llegué a apreciar con sentimientos profundos, vieron sus vidas drásticamente acortadas por el SIDA y el suicidio. Tristemente, mi padre murió de SIDA en 1991″, recuerda.
Según Stefanowicz las “experiencias personales, profesionales y sociales con mi padre no me enseñaron el respeto por la moralidad, la autoridad, el matrimonio o el amor paterno. Me sentía temerosamente acallada porque mi padre no me permitía hablar de él, sus compañeros de casa, su estilo de vida y sus encuentros en esa subcultura. Mientras viví en casa, tuve que vivir según sus reglas”.
“Sí, amaba a mi padre. Pero me sentía abandonada y despreciada porque mi padre me dejaba a menudo para estar varios días con sus compañeros. Sus parejas realmente no se interesaban por mí. Fui dañada por el maltrato doméstico homosexual, las tentativas sexuales con menores y la pérdida de parejas sexuales como si las personas fueran sólo cosas para usar. Busqué consuelo, busqué el amor de mi padre en diversos novios a partir de los 12 años”, sostiene.
Stefanowicz recuerda que “desde corta edad, se me expuso a charlas sexualmente explícitas, estilos de vida hedonistas, subculturas GLBT y lugares de vacaciones gay. El sexo me parecía gratuito cuando era niña. Se me expuso a manifestaciones de sexualidad de todo tipo incluyendo sexo en casas de baño, travestismo, sodomía, pornografía, nudismo gay, lesbianismo, bisexualidad, voyeurismo y exhibicionismo. Se aludía al sadomasoquismo y se mostraban algunos aspectos. Las drogas y el alcohol a menudo contribuían a bajar las inhibiciones en las relaciones de mi padre”.
“Mi padre apreciaba el vestir unisex, los aspectos de género-neutro, y el intercambio de ropas cuando yo tenía 8 años. Yo no veía el valor de las diferencias biológicamente complementarias entre hombre y mujer. Ni pensaba acerca del matrimonio. Hice votos de no tener nunca hijos, porque no crecí en un ambiente de hogar seguro, sacrificial, centrado en los niños”, señala.

Las consecuencias

“Más de dos décadas de exposición directa a estas experiencias estresantes me causaron inseguridad, depresión, pensamientos suicidas, miedo, ansiedad, baja autoestima, insomnio y confusión sexual. Mi conciencia y mi inocencia fueron seriamente dañados. Fui testigo de que todos los otros miembros de la familia también sufrían”, sostiene Stefanowicz.
Ella asegura que sólo después de haber tomado las decisiones más importantes de su vida, empezó a darse cuenta de cómo la había afectado crecer en ese ambiente.
“Mi sanación implicó mirar de frente la realidad, aceptar las consecuencias a largo plazo y ofrecer perdón. ¿Podéis imaginar ser forzados a aceptar relaciones inestables y prácticas sexuales diversas desde corta edad y cómo afectó a mi desarrollo?. Desgraciadamente, hasta que mi padre, sus parejas sexuales y mi madre murieron, no pude hablar públicamente de mis experiencias” , explica.
“Al final, los niños serán las víctimas reales y los perdedores del matrimonio legal del mismo sexo. ¿Qué esperanza puedo ofrecer a niños inocentes sin voz? Gobiernos y jueces deben defender el matrimonio entre hombre y mujer y excluir todos los otros, por el bien de nuestros niños”, concluye.

Publicado por natalia

15 Julio 2010

Impunidad para asesinos detrás del D.L. 1097 – del Gobierno Peruano

Posted by Chinasklauzz on Sep 12th, 2010 and filed under Derechos Humanos y Medio Ambiente. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response or trackback to this entry

Un manto de sospecha cubre a los miembros creadores e impulsores del Decreto Legislativo 1097 que con este acto intentan brindar beneficios de libertad a procesados por violaciones a derechos humanos y que actualmente se encuentran en prisión a la espera de sus respectivas condenas.

El paquete de normas emitido por la comisión de justicia del Congreso el cual la preside el congresista fujimorista Rolando Sousa contiene facultades en materia de normas procesales y penitenciarias otorgando entre otros puntos la prescripción de los delitos de lesa humanidad y la aplicación inmediata del sobreseimiento de los procesos por estos delitos, en palabras comunes sería la cancelación de los procesos y la libertad inmediata de los inculpados.
Ahora se conoce episodios y actores de los creadores de este instrumento dentro de los cuales podemos ubicar a miembros activos del partido fujimorista que tienen como función política dar libertad a su líder y mentor Alberto Fujimori que como se conoce actualmente se encuentra en la sede de la Diroes purgando una condena en 25 años de cárcel por homicidio calificado, asesinato y secuestro por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, que dejaron 25 muertos en 1991 y 1992,
Entre ellos podemos ubicar a Sergio Tapia Tapia abogado defensor de Alvarado Artaza (a) “Comandante Camion”; Luis Cobeña Navarrete: Jefe del gabinete de asesores del Ministerio de Defensa; Rafael Rey Rey: Ministro de Defensa; Cesar Nakasaki Principal abogado de Alberto Fujimori Fujimori como los impulsores activos de la norma.
Días después Rey Rey amenazaría con su renunciar al Gabinete si es que el Consejo de Ministros deroga la norma.
Se puede mencionar al mismo tiempo que este decreto serviría para beneficiar a personajes en la sombra, miembros del Partido Aprista Peruano que en los años de 1990-1995 también fueron acusados por delitos de lesa humanidad y que según muchos testimonios apuntan también al actual presidente de la república Alan García Pérez.
Como se sabe El 16 de agosto del 2000, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió una sentencia responsabilizando al Estado peruano por la matanza de los penales, señalando que era su obligación esclarecer los hechos y sancionar a todos los responsables.

Voces de Protesta

Las voces de protesta no hicieron esperar, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, arzobispo Luis Cabrejos, y el presidente de la Comisión Episcopal de Acción Social, Pedro Barreto, emitieron un comunicado expresando su preocupación sobre el tema.
Instituto de Defensa Legal- IDL se pronunció en contra de esta norma y pidió que los reclamos que han hecho los familiares de las víctimas y las organizaciones no gubernamentales sean escuchadas por la Sala Penal Especial de la Corte de Lima, para inaplicar la demanda por considerarla estrictamente inconstitucional.
La Defensoría del Pueblo a su turno lanzó un comunicado en el cual “exhorta a los magistrados y magistradas del Ministerio Público y del Poder Judicial a tener en cuenta el marco constitucional vigente, las obligaciones internacionales del Estado peruano y la jurisprudencia del Sistema Interamericano de protección de Derechos Humanos en esta materia al momento de resolver las solicitudes que pudieran presentarse invocando la aplicación del Decreto Legislativo 1097”
Susan Lee directora del Programa América de Amnistía Internacional (AI) tilda la norma como un retroceso. “Los decretos legislativos adoptados en el Perú sientan las bases para una posible amnistía encubierta
Las aguas políticas están movidas, informaciones de minuto cuentan que El ministro de Justicia anunció que podría renunciar al cargo por polémico decreto.
Intelectuales y la población civil organizada y grupos defensores de los derechos humanos se han sumado a la causa iniciando movilizaciones y muestras de rechazo a esta norma que indigna a los familiares que murieron a manos de los grupos paramilitares y malos miembros de las fuerzas del orden en épocas de conflicto.
“Estas nuevas leyes de impunidad intentan una vez más garantizar la amnistía, el olvido y el perdón en nombre del Estado para quienes acabaron con la vida de nuestros familiares”, denuncia Gisela Ortiz, hermana de uno de los 9 estudiantes asesinados en 1992 por el destacamento Colina en La Universidad de la Cantuta.

Hasta el momento se está a la espera que esta norma sea promulgada o derogada por el Consejo de Ministros.

Discurso final de Salvador Allende

 Sep 11th, 2010

Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes.


La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

11 de setiembre de 1973, 9:10 a.m.

Viñeta de Alfredo – La República

Isabell Allende: Pinochet, El juicio del tiempo

Sep 11th, 2010
Reforma Jueves 4 de Febrero de 1999


Isabel Allende Escritora Chilena

Hace muchos años, me preguntaron si planeaba escribir algún día una novela sobre Pinochet. No, respondí, porque como personaje era insignificante. Necesito retractarme de esa declaración: Uno puede decir cualquier cosa sobre él excepto que es insignificante. El General ha mantenido a Chile bajo su dominio durante 25 años y sigue siendo la figura más influyente en el país. Una década después de renunciar a la presidencia, el viejo dictador sigue teniendo como rehén al gobierno democrático.
Por ahora, el general también está cautivo. Se encuentra bajo arresto domiciliario en una mansión de Londres, en espera de una decisión final sobre una petición de extradición por parte del magistrado español Baltasar Garzón, quien lo ha acusado de crímenes contra la humanidad -genocidio, tortura y terrorismo- cometidos contra ciudadanos españoles en Chile.
La petición encendió un debate en la Gran Bretaña y Chile y en todo Occidente sobre la sensatez e imparcialidad de llevar a juicio a ex gobernantes por violaciones a los derechos humanos. En cuanto a Augusto Pinochet, sin embargo, las cuestiones intelectuales son debatibles.
Al demandar al General, ensamblando un fuerte caso legal y emitiendo la petición de extradición, Garzón ya ha logrado el benéfico resultado de la ruina moral de Pinochet. En lo sucesivo, un hombre que tuvo la osadía de hacerse pasar como salvador de su nación ocupará su lugar junto a Calígula e Idi Amin. Aun cuando Pinochet nunca enfrente a un tribunal, se ha hecho justicia.
Antes de 1973, nadie podía imaginarse una dictadura en Chile, una nación tan orgullosa de sus instituciones democráticas que los chilenos nos hacíamos llamar “los ingleses” del continente. ¿Cómo fue, entonces, que este soldado, quien nunca se caracterizó por su inteligencia, cultura o valentía, llegó a tener el poder absoluto? Igual como en un momento crítico Adolfo Hitler personificó las frustraciones y aspiraciones de millones de alemanes, Pinochet llevó a Chile por un camino que muchos querían. Ni Hitler ni Pinochet pudieron haber existido sin el consentimiento tácito o explícito de millones de ciudadanos.
Durante mucho tiempo, Pinochet se ha mantenido como un símbolo de brutalidad por la sencilla razón de que estuvo y siempre estará ligado a Salvador Allende, un icono de la justicia social de principios de los 70. Allende fue el primer político marxista del mundo en ganar la presidencia de un país en una elección libre. En medio de la Guerra Fría, propuso “el camino chileno hacia el socialismo”, respetando la Constitución y todos los derechos de los ciudadanos. Su sueño era construir el tipo de gobierno social-demócrata que todos los países de Europa -excepto España e Irlanda- tienen en la actualidad.
Salvador Allende era primo de mi padre. Lo conocí bien y lo amé con una mezcla de admiración y ansiedad. Aunque era un hombre amable con buen sentido del humor, siempre creí que era imposible cumplir con sus estándares y expectativas.
Habiendo estudiado medicina, estaba bien familiarizado con las necesidades de los pobres. Fue fundador del Partido Socialista y fue nombrado secretario de salud cuando era muy joven.
En 1970, luego de tres intentos fallidos, Allende finalmente ganó la presidencia en una elección sumamente dividida. Fue un presidente minoritario, habiendo recibido sólo el 36 por ciento de los votos. Y aun entonces, su coalición, la Unidad Popular, estaba conformada de varios partidos que en raras ocasiones estaban completamente de acuerdo en algo. Esto fue una debilidad política que acecharía a su presidencia.
Pero ése no fue el mayor problema. Inmediatamente después que se conocieron los resultados de las elecciones, la Agencia Central de Inteligencia y la derecha chilena iniciaron una campaña de terror para evitar que asumiera el cargo.
Planearon el secuestro de René Schneider, el comandante en jefe de las fuerzas armadas, a fin de provocar un golpe militar. Pero el complot salió contraproducente, Schneider fue asesinado y Allende se convirtió en presidente.
Pinochet persiguió a líderes estudiantiles y laborales, políticos, intelectuales, artistas y periodistas, así como a todos aquellos que formaron parte del gobierno de la Unidad Popular. La peor represión fue ejercida contra las clases bajas, por mucho tiempo consideradas por los militares como el principal semillero del marxismo.
El gobierno nacionalizó los bancos, muchas industrias y las minas de cobre, que representaban la principal fuente de ingresos del país y que estaban a manos de capitalistas norteamericanos. En ese momento, la oposición, respaldada por la CIA, emprendió una serie de acciones con la intención de desestabilizar la economía. Para empeorar las cosas, el gobierno quedó paralizado por las luchas de poder dentro de la Unidad Popular.
La consecuente crisis económica llegó a proporciones alarmantes. La tasa inflacionaria se disparó al 350 por ciento en medio de todo tipo de escasez, desde alimentos hasta refacciones para máquinas esenciales. Obreros y agricultores respondieron tomando el control de fábricas y granjas. Surgieron grupos armados de derecha e izquierda. Notablemente, a pesar de este sombrío panorama, la Unidad Popular en realidad incrementó su porcentaje de votos en las elecciones parlamentarias de 1973. En vista de esto, la oposición decidió que la desestabilización, económica, política y social no era suficiente para acabar con Allende. Se necesitaban medidas más drásticas.
Con el país en conmoción, Salvador Allende decidió realizar un plebiscito. Planeaba anunciarlo el 10 de septiembre, como se lo notificó a Pinochet(para entonces jefe de las fuerzas armadas), pero el general le pidió que lo pospusiera hasta el 12. El presidente no vivió para ver ese día. El 11 de septiembre, se dio el golpe militar que dejaría una profunda huella en el alma de Chile. Salvador Allende se suicidó en el palacio presidencial que estaba envuelto en llamas.
Esa mañana, salí temprano de casa. Las calles estaban prácticamente vacías, lo que me hizo pensar que los choferes de autobús estaban otra vez en huelga. Luego vi vehículos militares, tanques y grupos de soldados fuertemente armados. Cómo no tenía radio en el auto, fui a casa de una amiga cercana para escuchar las noticias.
Ella estaba muy afligida: su esposo, un maestro, había ido a la escuela donde impartía clases, y no tenía noticias de él. Para entonces todas las estaciones de radio, con excepción de una, habían sido acalladas por el ejército.
Me dirigí al centro para recoger a su esposo, y fue así como terminé siendo testigo del bombazo del palacio de La Moneda. Escuché las últimas palabras de mi tío en el radio portátil de mi amigo. Nos tomamos de la mano llorando, mientras tranquilamente él se dirigía al país con un histórico discurso que después sería transmitido y publicado en todo el mundo.
Habiendo declarado que nunca renunciaría a su cargo, se rehusó a huir del país en un avión que le ofrecieron los generales. Fue la decisión correcta, y no sólo porque su heroica muerte confirmó su lugar en la historia. Si hubiera aceptado el ofrecimiento de irse al exilio, ahora sabemos que Pinochet lo habría matado durante el vuelo.
“Mata a la perra y acabarás con la camada”, había dicho.

Hasta poco antes del golpe, Pinochet era un desconocido general del ejército. Había sido elevado al rango de comandante en jefe de las fuerzas armadas por el mismo Allende apenas tres semanas antes, tras la renuncia del general Carlos Prats, quien se vio presionado por la oposición. Prats recomendó a Pinochet con Allende, diciendo que era un soldado leal, en quien se podía confiar para defender la Constitución. (Prats, quien terminó en el exilio en Argentina, a la larga fue asesinado por órdenes de Pinochet).
Pinochet fue el último en unirse a la insurrección después de los infantes de marina, la fuerza aérea y la policía. La junta militar que pronto comandaría anuló el Congreso, hizo callar a la prensa, suspendió las
garantías constitucionales e inició la eliminación sistemática de la izquierda. La derecha brindaba con champaña mientras que los izquierdistas corrían para salvar sus vidas y el resto de la población se quedaba sin habla.
Pinochet persiguió a líderes estudiantiles y laborales, políticos, intelectuales, artistas y periodistas, así como a todos aquellos que formaron parte del gobierno de la Unidad Popular. La peor represión fue ejercida contra las clases bajas, por mucho tiempo consideradas por los militares como el principal semillero del marxismo.
El pueblo fue castigado por haberse atrevido a desafiar a aquellos quienes siempre habían ostentado el poder político y económico.
Miles de chilenos fueron arrestados, otros encontraron asilo en embajadas o escaparon cruzando la frontera, mientras que muchos simplemente desaparecieron. Se establecieron centros de torturas y campos de concentración por todo el país. Cientos de prisioneros fueron lanzados al mar desde aviones -después de abrirles el vientre para asegurarse que se hundirían- o fueron hechos pedazos en explosiones o enterrados con bulldozers.
El miedo se convirtió en una forma de vida. Voces de protesta se levantaron en casi todo el mundo porque el experimento socialista de Salvador Allende había causado gran simpatía, pero Washington apoyaba la dictadura de Pinochet.
El General cambió la Constitución para designarse presidente. Su deseo de legitimidad es una de las muchas paradojas de su carácter. En las primeras fotografías, Pinochet lleva lentes oscuros y tiene los brazos cruzados a la altura del pecho y la quijada hacia adelante en una imagen caricaturesca del dictador latinoamericano. Después modificó su imagen, usando trajes impecables y deshaciéndose de los siniestros lentes oscuros.
Hoy, a los 83 años de edad, Pinochet se ve como un padrino viejo y colmilludo. Se declara a sí mismo “el defensor de la civilización cristiana occidental”, es ultraconservador en su política, nacionalista, como la mayoría de los militares, y se considera un católico practicante, lo cual aparentemente para él no parece ser una contradicción.
Su héroe es Napoleón, con quien le gusta ser comparado. Hay incluso una Fundación Pinochet, dedicada a asegurar su lugar en la historia como el Napoleón chileno quien salvó al país del comunismo, una tarea que algunos pinochetistas afirman le fue asignada directamente por Dios. Si esto no es realismo mágico, está bastante cerca de serlo.
Pinochet se caracteriza por su astucia. Es un error pensar que es un tonto, como uno podría suponer al escuchar algunas de sus opiniones. (Cuando una tumba masiva fue descubierta con dos cuerpos en cada ataúd, dijo que era una buena forma de ahorrar clavos). Se rodeó de los ideólogos más inteligentes de la derecha. Transformó la economía de Chile, cambiándola de la democracia social al capitalismo de Milton Friedman, pero con poca de la libertad prometida por la Escuela de Chicago.
Empresarios e inversionistas estaban en el paraíso. Disfrutaban los beneficios del libre mercado, pero no tenían que tratar con sindicatos; los trabajadores eran muchos, baratos y sumisos. El Estado aún intervenía en la economía, pero siempre en favor de los capitalistas. La avaricia se convirtió en una nueva religión. Casi todo fue privatizado, incluso hospitales y escuelas públicas.
En conjunto, esto creó un auge económico y la base para un progreso sostenido, lo cual es el principal argumento de quienes defienden a Pinochet. Pero no pueden pasar por alto los costos sociales. Esta salvaje revolución capitalista resultó a costa de los pobres, quienes se suponía quedarían satisfechos con las migajas de los ricos. Para los más pobres de los pobres, las migajas nunca llegaron. En la actualidad, una tercera parte de los 15 millones de habitantes de Chile sigue viviendo en la pobreza.
La Constitución de Pinochet lo obligó a realizar un plebiscito en 1988 para determinar si los chilenos querían extender su mandato por otros ocho años o convocar a elecciones democráticas. Perdió y -hay que reconocerlo- aceptó la decisión del pueblo. En 1990, Chile entró en una “transición a la democracia” al elegir a un candidato demócrata-cristiano. Por qué hizo esto Pinochet? Sus partidarios nos hicieron creer que él creía que su obra histórica estaba hecha, y que era momento de cederles los tediosos detalles del gobernar a mortales menores.
De hecho, los vientos empezaban a soplar en su contra. Los generales de la fuerza aérea y de la armada habían anunciado que aceptarían los resultados del referéndum. Y con la Guerra Fría disminuyendo gradualmente, Estados Unidos ya no apoyaba regímenes brutales en Latinoamérica.
Pero antes de ceder el mando, Pinochet se aseguró de cubrirse las espaldas y de que el control siguiera en sus manos. Permaneció como comandante en jefe de las fuerzas armadas hasta 1998, cuando se declaró senador vitalicio. Nombró senadores para garantizar que la derecha controlara el Congreso y evitar así que la Constitución que había impuesto en la nación fuera cambiada. Una ley de amnistía le concedió impunidad por todos los crímenes que cometió durante su cargo.
Los partidarios de Pinochet explican la tortura, los asesinatos y las desapariciones como un mal necesario para prevenir una guerra civil en 1973. Eso es absurdo. Salvador Allende no tenía ni la intención ni la capacidad para establecer una dictadura. Era profundamente democrático, como lo demostraban todas sus acciones.
Las fuerzas armadas y el Congreso estaban en su contra, no contaba con el apoyo de la mayoría y sus seguidores no eran combativos. La derecha aún no comprendía que eran las fuerzas armadas -no Allende- quienes violaban la Constitución e imponían una tiranía.
Chile aún no es una democracia completa. El gobierno, atrapado en una controversia legal y diplomática y presionado por los militares, se encuentra a sí mismo en la incómoda posición de tener que defender al ex dictador sobre el fundamento de la soberanía.
Pero Pinochet no respetó la soberanía de otros países cuando ordenó el asesinato de Orlando Letelier en Washington, y de Prats en Buenos Aires.
Tampoco se opuso a la abierta intervención de Estados Unidos en el golpe militar de 1973.
Aunque pueden detestar al General, la mayoría de los chilenos sostiene que no debe ser juzgado en un tribunal del extranjero por crímenes que cometió en Chile. Consideran la intervención de España y de Gran Bretaña como colonialista. ¿Cómo reaccionarían los estadounidenses si España demandara la extradición de Henry Kissinger o de un ex director de la CIA para someterlo a juicio por las mismas atrocidades por las que se acusa a Pinochet?
Hay un doble estándar obvio cuando se trata de las relaciones europeas y norteamericanas con naciones menos poderosas. Por otra parte, no hay duda de que Pinochet nunca podría ser juzgado en Chile. A pesar de la ley de amnistía, hay 14 demandas en su contra pendientes en tribunales chilenos, pero hay pocas posibilidades de que alguna vez enfrente a la justicia.
En Chile hay una gran cautela con respecto al General, quien aún cuenta con el apoyo del 25 por ciento de la población. Entre ese grupo se encuentra por lo menos el 80 por ciento de los ricos y todos los militares. Un clima de histeria reina entre la ultraderecha. La prensa, controlada por la derecha, afirma que la detención de Pinochet humilla a todos los chilenos.
De acuerdo con una reciente encuesta, sin embargo, al 70 por ciento de la gente no le importa la suerte de Pinochet.
El General sigue siendo poderoso y temido. Las fuerzas militares siguen ejerciendo presión, pero no existe un peligro real de un golpe.
Ciertamente, están ofendidos por el arresto de Pinochet, y no desean que se realice una investigación en relación con los crímenes del pasado. Pero dudo que levanten un solo rifle para defenderlo. Los generales jóvenes no se sienten cómodos con el hecho de que se les identifique con la dictadura; en un mundo que aspira a la justicia global, quizá crean que es tiempo de limpiar su imagen.
La derecha, sin embargo, está capitalizando la situación, polarizando la nación en un esfuerzo por romper la coalición de partidos democráticos que ha gobernado durante una década.
Paradójicamente, las fuerzas social-demócratas son las que corren más peligro por el caso Pinochet, porque las facciones más conservadoras podrían verse tentadas a romper filas y alinearse con la derecha. Por lo tanto, a la izquierda le interesa que el General regrese con seguridad a Chile.
En Santiago, a principios de diciembre, justo antes de que el Ministerio del Interior de la Gran Bretaña accediera a permitir la extradición, el ambiente era tenso. Cuando resultó claro que Pinochet no regresaría pronto, hubo una sensación de alivio y la nube de miedo empezó a disiparse. La gente hablaba abiertamente en las calles.
En los programas de televisión, Pinochet ya no era llamado “el senador vitalicio”, sino “el ex dictador”. Políticos de izquierda y víctimas de abusos a los derechos humanos aparecían diariamente en televisión expresando sus opiniones.
Pero no me malinterpreten, el miedo sigue imperando en Chile; 17 años de terror dejaron huella. Mi país está traumado, al igual que un niño maltratado que siempre está esperando el siguiente golpe. La derecha tiene miedo de perder sus privilegios, y con buena razón.
Si Pinochet es destruido, el dique que lo ha protegido durante un cuarto de siglo se reventará. La izquierda le teme a la posibilidad de otro golpe y a la horrible represión del pasado. El gobierno le teme a las fuerzas militares y a una polarización que traería disturbios e inestabilidad. Y el resto del pueblo le teme a la verdad.
Durante años, los chilenos han vivido en una paz frágil basada en el silencio y la prudencia, pocos desean la confrontación. Por miedo hemos ocultado los recuerdos debajo del tapete. Le tememos a las palabras, tenemos miedo de llamarle a las cosas por su nombre, andamos de puntitas, hablamos con eufemismos, nos tratamos unos a otros con cautela y desconfianza. Esa es la herencia de este afligido patriarca: una nación con miedo.
Aunque aún tenemos un largo camino por recorrer, es refrescante ver el inicio del fin del reino del miedo.
No siento odio por Pinochet. El odio es una carga muy pesada, una que me quité de encima hace muchos años, cuando empecé a escribir. El escribir me ha permitido exorcizar la mayoría de mis demonios y transformar mi dolor en fuerza. Me gustaría verlo enfrentar un juicio, para que quede completamente expuesta la verdad sobre sus crímenes.
Pero no deseo que el General se pudra en la cárcel, como sucedió con muchas de sus víctimas. Ya ha sufrido una derrota innegable que nada hará que pueda convertirse en victoria.
Aun sin un juicio, a la vista del mundo es un supuesto criminal, y la censura moral puede ser peor que la prisión. Simplemente deseo que en el invierno de su vida el General pida el perdón de todos aquellos cuya vida destrozó, las familias de los muertos y desaparecidos, los exiliados y los torturados; que revele dónde pueden encontrarse los cuerpos de sus víctimas.
Sólo entonces, con el reconocimiento de errores pasados, empezará una verdadera reconciliación entre los chilenos.

Isabel Allende, escritora chilena, es autora de La casa de los espíritus y De amor y sombra.