miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una Charla Privada con John Lennon I Parte - El 7 de febrero de 1970, Rolling Stone le hizo un homenaie a John Lennon corno el Hombre del año (de 1969). Aquí reproducimos la entrevista sostuvo con Ritchie York con Lennon en aquel año

El 7 de febrero de 1970, Rolling Stone le hizo un homenaie a John Lennon corno el Hombre del año (de 1969). Aquí reproducimos la entrevista sostuvo con Ritchie York con Lennon en aquel año.


Entrevistador: Últimamente has hablado de mucho acerca del hecho de que The Beatles no son más el grupo musical que solían ser hace dos o tres años, que ahora todos ustedes han salido disparados en distintas direcciones. El ejemplo perfecto es el tuyo y el de Yoko, y la escena que ustedes dos han generado. Me parece que, en realidad, todos ustedes se encuentran sumidos en una peculiar competencia interna.

John Lennon: Bueno, la cosa es que a causa de la falta de espacio en un disco, nos hemos visto forza­dos a buscar otras salidas. En mi caso, para eso sirve The Plastic Ono Band. George se sirve de cualquier cosa; Ringo tiene un disco solista en lista de espera y Paul tiene lo de Mary Hopkins o cualquier otro pro­yecto que decida hacer por su cuenta. Sin embargo, seguimos creando como The Beatles, pero hoy por hoy no hay mucho de qué hablar. Salvo el hecho de que necesitamos más espacio. The Beatles es una banda excesivamente limitada, ése es el problema.

Cuando trabajas en un nuevo álbum de The Beatles, ¿con cuántas canciones con­tribuyes, y con cuántas se queda la banda al final?

Quizá siete u ocho, pero como en un disco no caben más de 14, ya puedes imaginar cómo se ponen las cosas. Debes elegir tus favoritas, o las que significan algo para los demás. He ahí el problema.

El hecho de que desde hace cuatro años tú y Paul no componen en mancuerna, debe haber tenido efectos negativos en ese sentido porque, en el pasado, ese esfuerzo conjunto redundaba en unas ro canciones por álbum. Ahora tienen que dividirlo todo.

Esos esfuerzos que mencionas se de­bieron a que teníamos que cubrir algunos tracks, pero hicimos nuestro mejor esfuer­zo a fin de mejorar algunos temas realmen­te espantosos. Pero ahora George hace lo suyo, así que las colaboraciones “John/ Paul” ya no tienen sentido. Vamos, algunas de nuestras colaboraciones son bastante buenas, pero por ahí hay también mucha basura y a mí me gusta más cuando cuentas con tres compositores. Si al final no hay es­pacio, la opción consiste en llevar tu mate­rial a algún otro lado.

De todas las canciones compuestas por John y Paul, ¿cuáles son tus favoritas?

No lo sé… Bueno, tal vez las más antiguas: “I Want to Hold Your Hand”, “She Loves You” y algunas otras cosas que hicimos jun­tos. No se me ocurre nada más en este mo­mento, pero me refiero a cosas por el estilo.

Hace no mucho tiempo me dijiste que Abbey Road y The White Album te pare­cían tan buenos como Sgt. Pepper…

Claro, por supuesto. En mi opinión, hemos mejorado mucho desde Sgt. Pepper. El pro­blema es que la gente suele idealizar a Pepper. En su momento fue una buena idea, pero en retrospectiva ya no me parece tan espectacu­lar. Como ocurre con todas las cosas, alguna vez fue grandioso. Pero indudablemente pre­fiero algunos tracks del álbum doble, o casi todo lo plasmado en AbbeyRoad. ¿Qué es lo más memorable de Pepper? Posiblemente “A Day in the Life”. ¿Sabes? Prefiero canciones sueltas, no discos completos.

George ha dicho que el White Album le parecía un equívoco en varios planos, aun­que más tarde cambió de opinión. Dijo que ya no estaba tan seguro de su declara­ción. ¿No te parece que un álbum doble es una opción viable en lo concerniente a la falta de espacio?

Sí, pero, a la vez, gran parte de la música se perdió por la sencilla razón de que ese álbum doble contiene demasiados elementos. Con el tiempo, la gente podrá descifrar todo lo que hay allí, y es que hay tantas cosas ocurriendo simultáneamente en dicha grabación. Pero quizá el error fue haber depositado tanto en ese disco: muchas cosas se han perdido, aun­que las cosas siempre acaban perdiéndose, y al menos logramos deshacernos de mucho material atrasado.

El trabajo con The Beatles ya no me resultaba tan interesante, aunque en cierto sentido, me parece que todos estábamos aburridos.” ¿Te molesta el hecho de no poder grabar inmediatamente una canción que ya tie­nes lista?

No lo soporto. No puedo soportar que las canciones se queden ahí. esperando duran­te años. Me exaspera. de hecho, a todos nos exaspera. “Revolution No. 2″ –la que aparece en el álbum– y “Revolution No.9″ constitu­yen dos buenos ejemplos, aunque finalmente han salido. Yo quería que estos temas fueran lanzados como sencillos porque ahí afuera se desplegaba una revolución y la violencia comenzaba a escalar. Mi deseo era que estas canciones salieran rápidamente. Pero el resto de la banda regresó de sus vacaciones y dijo que la música no les parecía suficientemente buena o comercial. Tonterías por el estilo. Así que esperamos y esperamos y al final lanzamos “Hey Jude”, pero pienso que hubié­ramos podido lanzar ambas cosas. Eso es lo que me impacienta. Me dejaron lanzar “The Bailad ofJohn and Yoko”. pero yo quería que este tema fuera la noticia en sí, no una especie de película de los sucesos. Quería un video simultáneo del evento, y nada más. No soy bueno para esperar. Había pensado en “Cold Turkey” para The Beatles. pero el resto de la banda no estaba listo para grabar un sencillo, así que lo lancé con The Plastic Ono Band. Sin embargo, no me importa el formato, siem­pre y cuando el material vea la luz.

¿Alguna vez has pensado que la compo­sición de canciones para terceros podría representar una solución?

No, no específicamente para otras per­sonas, porque cuando logro escribir un buen tema, algo agradable, lo que tengo en mente es grabarlo yo mismo. Pero con fre­cuencia pienso en darle un tema a alguien que me guste, a pesar de que al final jamás lo hago. Con nuestras canciones, la mezcla es tan importante como la composición. Paul ha regalado demasiadas canciones, y los resultados han sido desastrosos. Los covers de nuestro material solían ser pési­mos, pero las cosas mejoran. La versión de “Let It Be” de Aretha Franklin es fantásti­ca, la escuché recientemente. Sólo le daría una canción a un buen arreglista. Sólo así no tendría que molestarme en supervisar la grabación a fin de sentirme satisfecho con los resultados. No me gusta cuando todo sale mal.

¿Sigues componiendo tan frenética­mente como antes? ¿Cuántos temas com­pones a la semana?

Tengo brotes de fecundidad. Hoy por hoy no me siento exageradamente prolífico porque estoy muy ocupado con otros asun­tos. Sólo me ocupo del material que está a punto de salir, pero, francamente, esto es preferible.

¿Te emociona grabar nuevo material con The Beatles? ¿Acaso el entusiasmo de antaño aún permea las sesiones?

Claro, claro. En el estudio siempre re­aparece esa vieja sensación, los nervios, las ideas y todo lo demás. Es la misma batalla de siempre, y el mismo disfrute.

Uno podría pensar que tú eres el Beatle más activo, mientras que a los otros lo que más les gusta es pasarla tranquilamente.

Pero no siempre es así, sólo ahora a causa de mi implicación en este movimiento por la paz. Durante años, Paul solía ser quien nos agrupaba y espoleaba. Nos sermoneaba, “Vamos, grabemos algo”, y nosotros le decía­mos, “Oh, no, por favor, no tenemos ganas”, o cosas por el estilo. Actualmente estoy in­merso en algo que no tiene nada que ver con las grabaciones, y ésa es la razón por la que me encuentro tan activo. El trabajo con The Beatles ya no me resultaba tan interesan­te, aunque en cierto sentido, me parece que todos estábamos aburridos. Paul hizo un buen trabajo, pues nos mantuvo unidos. A pesar de que no sabíamos qué rumbo tomar. Yo caí en la cuenta de lo que podía hacer, pero no era nada que tuviera que ver con el grupo. Pudo haber sido de otra manera, pero dependía de ellos. Sin embargo, yo no iba a esperarles, mucho menos tratándose de su compromiso con la paz, o con las canciones, así que seguí mi camino a pesar de que me hubiese gustado que me acompañaran.

¿Fomentaste el interés del resto de la banda por el movimiento pacifista?

Hice un esfuerzo muy al principio, pero me parece que para ellos esto no era más que un asunto mío y de Yoko, una labor de con­vencimiento que realizábamos como pareja. Quizá esto fue demasiado para ellos, así que al final reaccionaron en contra. Los presioné demasiado, y ahora he optado por dejarlos en paz. Quizá a la postre vengan con la cola entre las patas, pero si no, les deseo lo mejor.

¿Te mantienes en contacto con George, Paul y Ringo?

Veo por lo menos a uno o dos de ellos cuando menos una vez por semana. Estos encuentros ocurren normalmente enApple. Veo a Ringo en las oficinas vendiendo su película, o a George ofreciendo lo de Doris Troy. Yo también estoy ahí a fin de nego­ciar algo. Así es como nos encontramos. Y, obviamente, siempre estamos al tanto de lo que los otros están haciendo; contamos con una red que nos informa del paradero de los demás, por si queremos reunirnos. Por lo general, solemos enviarnos tarjetas postales. A Paul se le ocurrió esto de enviar postales a todo mundo a fin de mantener el contacto y mandar saludos. Y eso es lo que hacemos, nos enviamos mensajes y bromas y todo lo demás.

Continúa…

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