lunes, 18 de octubre de 2010

AGRESIONES DE GARCIA A CIUDADANOS PERUANOS

Temo que el Presidente ordene represalias”

Raúl Sánchez
Luego de varios días de intentar ubicarlo, ayer, finalmente, pudimos encontrar a Richard Emilio Gálvez León, el joven de 27 años que fue abofeteado por el presidente Alan García y golpeado violentamente por su seguridad, el último sábado luego de que le gritara corrupto. Ya más calmado, concedió una amplia entrevista a diario 16 que fue registrada en audio y video.
Su ubicación no fue fácil. Fueron varios días visitando las direcciones que había registrado en sus documentos, así como las viviendas de sus amigos donde le dejábamos mensajes. La primera señal que dio fue el lunes a través de su cuenta de correo electrónico donde lo convencimos que la mejor garantía de que no le iba a pasar nada era que saliera a darnos su versión en una entrevista. Luego establecimos contacto a través del teléfono celular y finalmente se produjo el encuentro.

Gálvez León ratifica absolutamente la agresión de parte del jefe de Estado, quien hasta ahora sigue negando tal hecho. Antes, Alan García había sostenido que este diario mentía sobre este caso, pero luego él mismo retrocedió y expresó que el incidente sí había ocurrido pero que jamás le puso la mano encima. Ahora el muchacho teme una represalia.

Remontémonos al día sábado 10 al interior del hospital Rebagliati, ¿A qué hora llegaste?
Yo llegué al hospital a las nueve de la mañana para hacer mi servicio de voluntariado. En el voluntariado no tienes un lugar específico, puedes ir por cualquier lado, recorrer cualquier ruta. Entonces, si alguien necesita ayuda, lo ayudas. Tu llegas, firmas tu hora de ingreso y sacas tu campera (chaleco) y eso hice. Luego recorrí el hospital.
¿Dónde te encontrabas cuando el Presidente llegó al hospital?
Dos horas después de iniciar mi servicio, fui al pabellón C y vi que había un carro de lujo y me dijeron que era del Presidente, pero (el vehículo) no era el que yo conocía, que es un Mercedes Benz, cuando hice mi servicio en Palacio de Gobierno como Guardia de Honor. Yo estuve en el contingente que fue la primera Guardia de Honor de Palacio de Gobierno de la Fuerza Aérea, en el año 2007.
Y en qué momento te topaste con él?
Yo estaba frente a los ascensores del pabellón C. Todo fue rápido. Se abrió el ascensor, salió el Presidente sonriente… pero me acordé de mi servicio militar, del abuso que había, de las cosas que yo pasé y que vi; como (operaba) la mafia de combustibles, cuando me hicieron cargar a mí galones de combustible para las casas de generales, que no se puede hablar adentro. A mí me contaron muchas cosas de los generales que luego yo fui investigando como cosa mía. Por ejemplo cómo el número catorce de la FAP pasó a ser el número tres. Es un hecho de corrupción, ahí nomás te digo.
¿Que otros hechos de corrupción viste?
Vi que se robaban el rancho y nos daban una miseria, el desayuno era una porquería, una tasita de avena, con una tasa de agua o de manzana, pero más que nada era agua porque no se sentía ni la fruta.
Entonces, tú estabas frente al Presidente y recordaste todo esto…
Sí, me acordé del abuso, de la corrupción, todavía deben estar sufriendo mis compañeros hasta por la paga, nos demoraban en darnos la paga, siendo esta una propina. Hasta le regalaron carro a mi coronel, un Nissan ‘Primera’ último modelo. Cuando me puse a averiguar cuánto costaba me dijeron US$ 35 mil. Cuando regresé de mi franco vi similares carros nuevecitos; les habían dado carro a todos los coroneles, entonces a nosotros agua o avena, sin propina puntual y a ellos carros último modelo.
Cuando el presidente Alan García baja del ascensor y tú lo ves, ¿qué le dijiste?
Se me vino a la mente, inclusive, cómo está ahora la situación y le grite: ¡corrupto!, a viva voz.
¿Cuántos metros te separaban del Jefe del Estado?
Más o menos cuatro metros.
Me puedes relatar, ¿qué es lo que sucede después?
Yo tenía en mi frente un cordón de seguridad humano y de tubos con cinta, como usan los bancos. Pasa el Presidente sonriendo, teniendo detrás a dos miembros de seguridad que quitan el cordón, y yo le digo corrupto. El Presidente sonriente se voltea y pregunta quién fue y camina de regreso. El regresa caminando y su seguridad viene a paso de trote y uno se me pega en mí delante; sabía que había sido yo. Allí el Presidente me metió un manotazo que yo pude ver, pero que no pude reaccionar ya que tenía un miembro de seguridad delante…
¿Con qué mano te golpea el Presidente?, ¿con la derecha?

No. El Presidente me golpea con su mano izquierda hacia mi rostro derecho. Ni bien ocurrió el golpe, la gente empezó a gritar: abusivo cobarde, otros le decían ladrón, sinvergüenza, entonces el Presidente se pasó a retirar hacia su vehículo oficial.
¿Fue una, o fueron dos cachetadas?
Fue una cachetada.
¿Te dijo vete al carajo?
Si, lo dijo en el mismo momento. Fue bofetada con insulto. Y la gente seguía diciendo: es un joven, es un voluntario. Recuerdo que una señora le gritaba: ¡el Frontón!, ¡el Frontón!
¿Le mentaste la madre al Presidente?, ¿le dijiste hijo de puta?

No. No me meto con la madre, yo tengo mi madre que está muy delicada de salud. No me meto con su familia ni con sus hijos. Lo que dije fue contra él.
¿Escuchaste si alguna persona lo dijo?

No, nadie mentó la madre.
¿Qué paso después?

Después de la cachetada, él se aleja todo galante rumbo a su vehículo con la gente gritándole atrás. Ya no podía responder porque había un escándalo allí. La gente le gritaba, yo también le grité. Le dije dónde están mis derechos, mi libertad de expresión…

Tú tienes, según puedo ver, una herida en el tabique, en el lado izquierdo de la nariz. ¿Quién te hizo eso?

Me lo hicieron los hombres de seguridad del Presidente. Una vez que el Presidente se fue, la gente se calló. Él estaba con dos camionetas Pathfinder color guinda y varias motos. Una de las camionetas se queda y vienen hacia mí dos hombres de seguridad y me golpean, y yo seguía gritando dónde están mis derechos de expresión. Uno me tira una patada en el pie. En ese momento un señor que no conozco se le tiró encima y el de seguridad se empieza a defender hasta que lo reduce, y su compañero que no me había tocado, también empieza a golpearlo. En ese momento, una señora se mete y empieza a darle con la cartera en la espalda. Y la gente empezó a protestar, y allí se armó otra vez todo un alboroto.

Te estaban defendiendo…

Si, pero en ese momento vinieron otros dos agentes de seguridad para llevarme al carro, me agarran de los hombros y tranquilamente vamos, camino con ellos unos diez metros y en eso me agarro de una enorme masetero. Me aferro al masetero y meto mi mano a los fierros que sostenían el masetero. Entonces me empezaron a golpear en la cara y en la mano para que me soltara, pero me aferré más y cuando se dieron cuenta que ya no me podían llevar, entonces me pisotearon. Osea, dos me estaban golpeando y las otras dos retenían a las personas que se querían meter. Pero hubo tal escándalo que ya no pudieron llevarme, pero sí me golpearon y se llevaron mi carnet del voluntariado.

¿Estabas sangrando?

Si, estaba sangrando por la nariz. En ese momento se fueron pero al rato llegaron dos miembros de seguridad del hospital, quienes me llevaron agarrándome en sus hombros hasta la oficina del voluntariado Kúrame. Mis compañeros de Kúrame me empezaron a atender las heridas.
¿Es verdad que un alto funcionario del hospital viene a verte?
Si, llegó el doctor que había estado con el presidente Alan García: un doctor de apellido (Alfredo) Barredo, que estaba reemplazando al director del hospital. Él manda que todos los que estaban en la oficina salgan. El doctor Barreto me dice que no diga nada, que no hable nada, y me reclama (por) haberle insultado al Presidente. Me da la razón de lo que yo he dicho, pero me dice que la cague porque tenía la campera (chaleco del voluntariado) puesta. Le expliqué que no me acordé de la campera cuando vinieron a mi mente los actos de corrupción que he visto.

¿Es verdad que llegó la Policía?

Si llegaron unos policías con un coronel de la comisaría de Jesús María. Había sido enviado por el Ministro del Interior. Sé que el ministro llamó por teléfono al doctor Barredo y se quedaron conversando. Mientras tanto, un suboficial me hacía varias preguntas y el coronel se mantenía en silencio. Yo le dije al suboficial que solo había sido un mal entendido, le dije eso por recomendación del doctor Barredo, quien después me sacó del hospital por una puerta lateral y no por la principal. El no quería que hablara con nadie.
El presidente Alan García ha dicho que no te golpeó, ¿cómo respondes a eso?

Eso es falso. Si no me hubiera golpeado, entonces no se habría hecho un escándalo, no habrían tantos testigos. Me insultó y me golpeó después que le dije corrupto. Parece que no tiene pantalones para afirmar su error señor Presidente.

¿Tú te arrepientes de lo que hiciste?

No, para nada, para nada me arrepiento de lo que dije. El político está expuesto a que le digan lo que sea, sea verdad o mentira. El Presidente me pudo haber puesto una denuncia, pero no tenía por qué golpearme. Además, si la demás gente también le empezó a gritar muchas cosas, por qué no hizo nada, por qué solo conmigo.
¿Viste si alguna persona grabó todo eso?
No noté si habían cámaras digitales, pero si noté que habían teléfonos celulares
La presidenta del voluntariado Kurame, Patricia Barrios, ha dicho que has sido expulsado, ¿has recibido alguna carta de expulsión?
No he recibido ninguna comunicación oficial de que estoy expulsado. Yo le envié a ella y a otras personas un correo disculpándome con todos mis compañeros debido a que en el incidente tuve la campera puesta. Le recalqué bien claro que no me arrepiento, y Dios sabe que no me arrepiento por haberle dicho corrupto, pero si reconozco mi error de haber tenido la campera puesta.

¿Temes que haya alguna represalia contra tu persona?

Si, temo que me persigan, que el Presidente ordene represalias, que me estén buscando por todos lados. Ellos me agredieron con mucha gente presente, imagínense lo que me harían si no hay nadie a mi lado. Considero, personalmente, que el presidente Alan García es vengativo. Yo no quiero represalias.
RECUADRO
Palacio nos manda resguardo

En horas de la noche, la redacción de Diario 16 se vio súbitamente resguardada por un vehículo blanco de placa PL-6664, de seguridad del Estado, que se mantuvo frente a nuestra oficina por más de media hora. Cuando un fotógrafo de este medio salió con la intención de registrar esta inusitada presencia, una persona ingresó al auto y el vehículo partió raudamente. Pasadas las 10:00 p.m. se fue el internet en la redacción Un hecho que, cabe indicar, hasta la fecha no había pasado en este periódico.

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